Una nave Soyuz con dos cosmonautas rusos y un astronauta estadounidense a bordo aterrizó el miércoles en Kazajistán, de regreso a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional, en un raro ejemplo de cooperación entre Washington y Moscú en medio de las tensiones por Ucrania.
La cápsula, en la que viajaban los rusos Anton Shkaplérov y Piotr Dubrov, y el estadounidense Mark Vande Hei, aterrizó en el sureste de Kazajistán a las 11H28 GMT, como estaba previsto, según las imágenes difundidas por la agencia espacial rusa Roscosmos.
Este viaje ocurrió en medio de fuertes tensiones por Ucrania entre Rusia y los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, que han puesto en entredicho varios proyectos en el ámbito de la cooperación espacial.
A inicios de marzo, Roscosmos publicó un video en el que bromeaba con la posibilidad de que el estadounidense se quedara en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) en lugar de regresar a la Tierra a bordo de un cohete Soyuz.
Ante la preocupación de los estadounidenses, la agencia rusa tuvo que asegurarles que el astronauta sí estaría en el viaje.
Mark Vande Hei ostenta el récord de días consecutivos en el espacio de un astronauta estadounidense, con 355 días.
En este contexto de tensiones, el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin, que multiplica las declaraciones nacionalistas en las redes sociales, afirmó a mediados de marzo que el funcionamiento de las naves espaciales rusas que abastecen a la ISS se verá perturbado por las sanciones occidentales contra Rusia por la operación en Ucrania.
Según él, esto podría provocar el "amerizaje o el aterrizaje de la ISS, que pesa 500 toneladas".
La cooperación espacial entre Rusia y los países occidentales era una de las pocas áreas que no había sufrido demasiado las sanciones decretadas contra Moscú tras la anexión en 2014 de la península ucraniana de Crimea.
Pero en las últimas semanas, varios proyectos de cooperación se han visto afectados por la crisis de Ucrania.
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció a mediados de marzo la suspensión de la misión ruso-europea Exo-Mars y la búsqueda de alternativas para llevar a cabo otras cuatro misiones.