El huracán “Rita”, que se aproximaba a la costa de Texas con una trayectoria que lo llevaría directamente a Galveston, hizo recordar a los residentes de esta ciudad y puerto, una tormenta que hace 105 años mató unas ocho mil personas.
| septiembre 23, 2005
El huracán “Rita”, que se aproximaba a la costa de Texas con una trayectoria que lo llevaría directamente a Galveston, hizo recordar a los residentes de esta ciudad y puerto, una tormenta que hace 105 años mató unas ocho mil personas.
El “huracán de Galveston”, como se le conoce, se registró el 8 de septiembre de 1900, pero su paso dejó una cicatriz que marcó la vida de esa comunidad.
La tormenta tocó tierra en esa fecha con vientos de 217 kilómetros por hora, lo que lo convertiría ahora en categoría cuatro bajo la escala Saffir-Simpson.
El huracán causó la muerte de unas ocho mil personas, aunque algunos recuentos colocan la cifra en 12,000, lo que lo ubica hasta ahora como el tercer huracán del Atlántico con mayor número de muertes, después del “Gran Huracán” de 1780 y el huracán “Mitch” en 1998.
El “Huracán de Galveston” es a la fecha el desastre natural más mortífero que ha golpeado Estados Unidos. En contraste, el número de muertos del “Katrina” hata ayer era de 1,039.
Cuando golpeó el huracán, Galveston era una floreciente ciudad con 38,000 habitantes. Su posición natural de puerto dentro de la bahía de Galveston en el Golfo de México la había convertido en el centro del comercio hacia y fuera de Texas. Galveston fue fundada en 1839, en una isla de arena plana a lo largo de la costa del Golfo y desde sus inicios como ciudad comenzó a sortear numerosas tormentas que sus habitantes sobrevivieron con relativa facilidad. A fines del siglo XIX los residentes creían que cualquier tormenta no sería peor que las anteriores y subestimaron el llamado de algunos que pedían construir un muro de contención.
El martes 4 de septiembre, la oficina de Galveston del entonces Buró Climatológico comenzó a recibir advertencias sobre la conformación de una tormenta tropical en el noroeste de Cuba.
Los meteorólogos de entonces no tenían forma de saber dónde estaba la tormenta y hacia dónde se dirigía. Hasta la tarde del viernes 7 de septiembre la oficina del Buró Climatológico de Galveston emitió advertencias de huracán, luego que un capitán de navío se encontró con la tormenta.
Sin embargo, pocos residentes escucharon las advertencias y aunque el mar estaba picado la mañana del sábado 8 de septiembre, el cielo se mantenía despejado, así que pocos cruzaron el puente que conectaba la isla con tierra firme para salir de la ciudad y la mayoría de la población permaneció despreocupada.
