El capitán de la guardia costera Filippo Marini calculó que tardarán dos días más para concluir la misión de búsqueda y recuperación de víctimas
| octubre 7, 2013
La cifra de muertos por la tragedia del jueves ascendió a 232, y se cree que muchos más continúan desaparecidos. La mayoría, o quizá todos, provenían de Eritrea e intentaban llegar a Europa en busca de asilo y una vida mejor.
"(Los buzos) retiraron un muro de personas (fallecidas)", dijo el capitán de la Armada Paolo Trucco. Los cuerpos "estaban muy enredados unos con otros, es indescriptible. Estaban tan amontonados que era difícil retirarlos", agregó.
Los buzos con escafandras, pesos y cascos robustos con ventanillas pudieron trabajar 30 minutos cada vez entre los restos del naufragio 47 metros (154 pies) bajo la superficie. Un buzo de aletas usualmente puede trabajar menos tiempo, de siete a 10 minutos, a esas profundidades.
Los buzos con escafandra pudieron retirar los restos que aún flotaban en el interior para llegar al casco de la nave.
"Colchones, cobijas, escaleras. Cualquier cosa que pudiera flotar. Imaginen es como si se pusiera una casa en una centrifugadora, veríamos lo que quedaría en el aire. Es lo que sucedió", apuntó.
El capitán de la guardia costera Filippo Marini calculó que tardarán dos días más para concluir la misión de búsqueda y recuperación de víctimas.
Los sobrevivientes dijeron que había al menos 500 personas a bordo de la embarcación de 18 metros (59 pies) de eslora cuando ésta zozobró, lo que podría significar que un elevado número de fallecidos continúa atrapado en el casco.
Apenas 155 migrantes sobrevivieron al terrible naufragio.
El buzo Riccardo Nobile, que realizó múltiples zambullidas el domingo cuando fueron recuperados 83 cadáveres, dijo que esperó más de una hora entre los cadáveres en un bote de recuperación mientras otros de sus colegas efectuaban su turno de labores.
Las operaciones se han efectuado mediante rotación de buzos de la Armada, la guardia Costera, la fuerza policial y el departamento de bomberos.
"Me encontré durante más de una hora entre estos cadáveres. Era difícil mirarles directamente a la cara, ver sus heridas, ver las expresiones atormentadas, sus brazos extendidos", dijo Nobile.
"Fue extremadamente difícil. Pero este es nuestro trabajo", apuntó.
La embarcación había llegado a poca distancia de Lampedusa, una diminuta isla en el extremo meridional de Italia, tras zarpar de Libia dos días antes. Una fogata causada para atraer la atención de posibles socorristas suscitó el pánico a bordo.
(AP)