«Carrizo y su maestro, Benicio Robinson, lucen optimistas y muy desconectados de la realidad del país. Creen que es posible repetir. Creen que van bien. Pero no recuerdan que este gobierno enfrentó el mayor estallido social de los últimos 30 años, en julio de 2022»
Nota de prensa. Las graves denuncias de los adversarios internos del candidato Carrizo sobre hostigamiento, amenazas a funcionarios, abuso de los recursos públicos, clientelismo tienen que ser investigadas por las autoridades, porque son un peligroso precedente para las elecciones de 2024.
El 23 de septiembre de 2020, en medio de la pandemia, el presidente Cortizo y el vicepresidente Carrizo firmaron el Decreto Ejecutivo que modificó la descentralización y abrió la pluma del Presupuesto General del Estado para que más de 200 millones de dólares fueran repartidos sin control para financiar el clientelismo que los mantenga en el poder.
Además, el subsidio electoral le dio al PRD, más de 3 millones para primarias, que bien harían en devolver al Tesoro Nacional.
Carrizo y su maestro, Benicio Robinson, lucen optimistas y muy desconectados de la realidad del país. Creen que es posible repetir. Creen que van bien. Pero no recuerdan que este gobierno enfrentó el mayor estallido social de los últimos 30 años, en julio de 2022.
El pueblo está muy claro que no repiten porque no resolvieron ningún problema a los panameños: sin agua, con hospitales en pedazos, sin empleo y con hambre, angustiados por la quiebra de las pensiones de la Caja del Seguro Social y, por supuesto, con la educación de nuestros hijos en el abandono. ¿Quién elegiría un rotundo fracaso? La elección de Carrizo es un simulacro de desastre nacional.
El mensaje de los panameños es claro: este país no es una monarquía, aquí no hay príncipe heredero, ni tampoco reelección.
