Su legado musical ha sido reconocido por diversas instituciones y personalidades, tanto nacionales como internacionales. En 2012, recibió la Orden Belisario Porras al Mérito Civil, la máxima distinción que otorga el gobierno panameño. También fue homenajeado por artistas como Gilberto Santa Rosa, Osvaldo Ayala y Rubén Blades.
El pasado 7 de marzo falleció a los 88 años Pedro Altamiranda, uno de los cantautores más reconocidos y queridos de Panamá, que supo plasmar en sus canciones los problemas sociales y políticos del país con un estilo único y original.
Altamiranda, conocido popularmente como Pedrito, fue un hombre polifacético que se dedicó a la publicidad, la filología y la música. Su repertorio musical abarcó diversos géneros como la salsa, el calypso y la música típica panameña, y se caracterizó por su tono crítico, satírico y divertido.
Sus letras reflejaban las vivencias de las clases populares, las injusticias, la corrupción, la identidad nacional y la historia de Panamá. Algunas de sus canciones más famosas son La salsa de Pedro, El lagarto Juancho, El general Torrijos, La murga de Panamá y El desfile de las locas.
Altamiranda fue un artista comprometido con su país, que no temía expresar su opinión y denunciar lo que consideraba injusto. Su música se convirtió en un símbolo de resistencia y rebeldía, especialmente durante la dictadura militar y la invasión estadounidense.
Su legado musical ha sido reconocido por diversas instituciones y personalidades, tanto nacionales como internacionales. En 2012, recibió la Orden Belisario Porras al Mérito Civil, la máxima distinción que otorga el gobierno panameño. También fue homenajeado por artistas como Gilberto Santa Rosa, Osvaldo Ayala y Rubén Blades.
Su muerte ha causado una gran conmoción en el ámbito cultural y social de Panamá, donde se le recuerda como un cronista del alma panameña, un maestro de las palabras y un agente de cambio. Su música sigue vigente y resonando en los corazones de quienes anhelan un país mejor.
