Un gol de Clarence Seedorf bastó para que el Milan venciese el jueves 1-0 al Urawa Red de Japón
| diciembre 13, 2007
Milan vence a Urawa y va por Boca en la final del Mundial de Clubes
Un gol de Clarence Seedorf bastó para que el Milan venciese el jueves 1-0 al Urawa Red de Japón y hacer realidad su ansiada oportunidad de desquite ante Boca Juniors en la final del mundial de clubes.
El holandés Seedorf marcó a los 68 minutos en el estadio Yokohama, el primero con un lleno total desde el arranque del certamen.
Milan y Boca, que un día antes le ganó también por la mínima diferencia al Etoile du Sahel de Túnez, jugarán la final el domingo en el mismo estadio. Así reeditarán la jugada hace cuatro años aquí por la desaparecida Copa Intercontinental, que ganaron los argentinos por penales.
Otra vez se dio la lógica y los representantes de las dos confederaciones más poderosas del planeta volverán a jugar el partido por el título, tal como sucedió en las dos anteriores ediciones del torneo celebrado en Japón.
En tanto que el Urawa jugará por el tercer puesto ante Etoile el mismo día en Yokohama.
Tal como lo habían prometido, los hinchas del Urawa acudieron en masa para alentar a su equipo, el más popular de Japón y el primero en participar del torneo. Ubicados principalmente en las dos cabeceras del estadio, los «Red» demostraron un fervor parecido al de hinchadas de clubes con mayor tradición en el mundo.
Los fanáticos buscaban empujar a su equipo al grito de guerra «Urawa Red» y cuando el rival italiano tenía la pelota, la mayor parte del tiempo, bajaba una estruendosa silbatina desde las gradas, acompañada por el sonido de un «woo», especie de flauta con la que esperaban alejar a los malos espíritus del «rossonero».
En la cancha, siempre dio la sensación que cuando el Milan se lo proponía, aún sin brillar, podía torcer a su favor el marcador, pero le llevó su tiempo vulnerar al muy firme arquero Ryota Tsuzuki.
A los 12, Andrea Pirlo ejecutó un magnífico tiro libre que con la punta de los dedos mandó afuera el arquero Tsuzuki. En la jugada siguiente, pudo ser del capitán Massimo Ambrosini con un cabezazo apenas desviado.
Bien controlado por la última línea japonesa, Kaká tardó varios minutos en acomodarse y el astro brasileño recién apareció en escena a los 22 minutos cuando anticipó a Yuki Abe en el mediocampo e inició la carrera hacia el área. El flamante «Balón de Oro» al mejor jugador de la temporada se la dejó limpia Seedorf, que le pegó a la carrera, pero otra vez salvó Tsuzuki.
Urawa, que en muy contadas ocasiones pasó la mitad de la cancha en la primera parte, recién llegó con algo de peligro al área italiana con un centro pasado que Yuichiro Nagai bajó de cabeza para Keita Suzuki, que remató a la carrera a las manos de Dida.
La tónica fue la misma en el complemento. A los 51, Kaká dejó mano a mano a Seedorf, pero otra vez salvó el arquero de los «Red». El holandés, el más peligroso de su equipo, minutos después la paró de pecho en el área y metió un zurdazo de tijera que pasó a milímetros del palo.
El brasileño Washington tuvo la más clara del partido para el equipo local con un derechazo desde fuera del área que controló en un tiempo su compatriota Dida.
Cuando parecía que el Urawa estaba para animarse a más, llegó el gol del Milan. Kaká recibió por la izquierda, se le escapó a Tanaka y vio a Seedorf avanzando como una locomotora hacia el área. El brasileño le tiró el pase atrás y el volante holandés facturó de zurda.
