TEGUCIGALPA: Luego de dos meses de manifestaciones y disturbios en Honduras, la Policía decidió unirse a los manifestantes, sublevarse y exigir diálogos para reducir la crisis política, social y económica del país centroamericano.
Cientos de oficiales miembros de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE) anunciaron estar en huelga, que dejarán sus operaciones de represión y demandaron protección a sus garantías sociales.
Una de las facciones en paro del DNFE pidió a los demás colegas sumarse al paro, a los manifestantes a detener los actos vandálicos y reiteraron al gobierno que nuestra postura es firme, y que no vamos a reprimir más al pueblo hondureño. Que busquen una solución mediante el diálogo.
Las marchas iniciaron como rechazo a dos decretos que privatizarían los sistemas de salud y educación.