La ONU acaba 2011 con sinsabor de Siria tras éxito en Libia


Fuentes diplomáticas del Consejo de Seguridad dijeron que, «la acción de la ONU en Costa de Marfil demuestra que la ONU no es un organismo neutro, sino que defiende unos valores y que no debe tener miedo a tomar partido por ellos».


Noticia Radio Panamá | La ONU acaba 2011 con sinsabor de Siria tras éxito en Libia

| diciembre 17, 2011


La ONU termina 2011 con la satisfacción de haber hecho valer su liderazgo para proteger a los civiles en los conflictos de Libia y Costa de Marfil, aunque con el sinsabor de no haber logrado detener aún la represión del pueblo sirio por parte del presidente Bachar al Asad.

La primera parte de este año será recordada porque el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, "enseñó los dientes", como se oye decir en los pasillos del organismo, en su defensa de la necesidad de intervenir para proteger a la población civil y de los valores de la Primavera Árabe.

El segundo semestre le deja, sin embargo, un mal sabor de boca al organismo y a su principal responsable por la situación de Siria, donde pese a sus reiteradas peticiones para detener la represión, el régimen de Damasco no ha cesado la violencia contra manifestantes y opositores, en una crisis que ya cuenta más de 4 mil muertes.

En declaraciones a Efe, una de las profesoras de Administración Pública de la Universidad de Cornell, Sarah Kreps, afirmó que los respaldos logrados en la ONU para permitir el uso de la fuerza en Libia o para sacar del poder al expresidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, fueron "una medalla" para el organismo y Ban, pero la inacción ante Siria es "una mancha".

Pese a las llamadas a la acción de Ban y los informes del Consejo de Derechos Humanos sobre los abusos del Gobierno sirio contra la población, el Consejo de Seguridad ha sido en 2011 incapaz de condenar a Al Asad ni de imponer sanciones a su régimen.

La mayor demostración llegó en octubre, cuando Rusia y China ejercieron el veto a una resolución contra Siria presentada por los europeos y respaldada por Estados Unidos, y que tampoco recibió el apoyo de Brasil, Sudáfrica, India y Líbano.

Ante esa situación, la Liga Árabe ha tomado el protagonismo en la materia al imponer duras sanciones a Damasco y proponer varios planes de acción, por lo que la ONU ha asumido un papel secundario en la resolución política del conflicto.

Otras fuentes reconocieron que, en lo que queda de año, no se espera ningún avance en el Consejo de Seguridad, cuya presidencia además ocupa en diciembre Rusia, país que ve en Siria uno de sus últimos puntos de influencia en Oriente Medio.

Pese a ese punto muerto, el organismo y particularmente Ban tienen motivos de satisfacción al cerrar 2011 con varios dictadores menos en el poder, como el tunecino Zine el Abidine ben Ali, el egipcio Hosni Mubarak o el libio Muamar el Gadafi, y con la gratificación de ver sentado en La Haya al expresidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo.

"La acción de la ONU en Costa de Marfil demuestra que la ONU no es un organismo neutro, sino que defiende unos valores y que no debe tener miedo a tomar partido por ellos", dijeron a Efe fuentes diplomáticas del Consejo de Seguridad.

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