Es básicamente una modalidad que reemplaza a la factura manual, es decir, pasamos del papel a la virtualidad.
Es inevitable no hablar de tecnología en la actualidad. La viralización de herramientas de la Inteligencia Artificial (IA), tales como ChatGPT o Midjourney, han puesto sobre la mesa una pregunta: ¿esto es una moda o una necesidad?
El objetivo de esta nota es responder esta y otras preguntas que surgen en torno a la entrada de la digitalización en la vida no solo de las grandes corporaciones, sino también en las personas «de a pie».
Muchos afirman que millones de trabajos desaparecerán y que lo mejor es dejar las cosas «como están», porque ¿para qué cambiar lo que funciona?
Lo cierto es que cuesta más no cambiar lo que ya funciona, en lugar de mantenerse siempre en un mismo lugar. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que todo evoluciona muy rápido y si no vamos a la misma velocidad, vamos a quedarnos relegados en gran manera.
¿Cuáles son los beneficios de innovar?
Existen muchos y si bien es cierto cada industria tiene su particularidad, de manera general, se pueden citar los siguientes:
- Impulsa nuestro crecimiento a niveles óptimos.
- Crea una cultura de constante empoderamiento.
- Nos ayuda a salir de la zona en la que estamos cómodos.
- Crea en nosotros la necesidad de querer aprender mucho más.
- Es sinónimo de desarrollo y de un alto sentido de la evolución.
Para Rafael Montero, CEO de GuruSoft, y experto en finanzas y software: «hablar de innovación en la actualidad puede resultar muy gaseoso y genérico, pero cuando aterrizamos el concepto y lo llevamos a la práctica, adquiriendo nueva tecnología, capacitándonos en la misma y promoviendo una cultura de constante aprendizaje, allí realmente le sacamos el máximo provecho. El resultado final será ineludiblemente el desarrollo».
Una llave para abrir las puertas de la digitalización
Y si de tecnologías hablamos, una de las que mayor crecimiento viene teniendo a nivel mundial, pero sobre todo en Latinoamérica, es la Factura Electrónica.
¿De qué se trata?
Es básicamente una modalidad que reemplaza a la factura manual, es decir, pasamos del papel a la virtualidad.
Y aterrizaremos específicamente ahora en Panamá, uno de los países de la región que mayor crecimiento ha tenido tanto en su difusión como en la implementación.
Según lo menciona la misma Dirección General de Ingresos (DGI), que es el ente tributario panameño: «la Factura Electrónica es un documento fiscal digital legalmente válido, que respalda las operaciones comerciales entre vendedor y comprador, firmado electrónicamente, lo cual le brinda autenticidad, integridad y no repudio de su contenido».
En el país, esta modalidad dio sus primeros pasos allá por el año 2016, con el inicio del proyecto “Sistema de Factura Electrónica de Panamá (SFEP)”, para luego pasar al 2021, fecha en la que comenzó una etapa de masificación voluntaria, que consistía en que cualquier contribuyente podía pedir de forma espontánea ser emisor de estos documentos electrónicos.
Según Montero: «como ha sucedido en cada país que adopta dicha herramienta innovadora, en Panamá primero se inició con 43 empresas, las cuales formaron parte del Plan Piloto, que consistía en probar la herramienta, para determinar su efectividad. Todo fue un verdadero éxito, que impulsó justamente en los demás contribuyentes no obligados aún, a pasarse al beneficioso sistema».
Uno de los grupos más grandes que entró a la obligatoriedad de este sistema fueron los proveedores del Estado, quienes desde el 31 de octubre del 2022 solo podían emitir facturas bajo esta modalidad. Luego pasaron los proveedores de bienes y servicios que contrataran con Centros Educativos del Ministerio de Educación de Panamá, que comenzaron a emitirlas el 1 de abril del 2023.
Y para lo que resta del 2023, existen más grupos que deberán adoptar esta tecnología. Si deseas saber más, da clic aquí.
Hasta finales de marzo del 2023, la DGI reportó más de 81.3 millones de documentos electrónicos autorizados, lo cual da nota que la implementación ha sido un verdadero éxito.
Un paso necesario a la modernidad
Como lo mencionamos al inicio de la nota, es preciso avanzar y no detenerse, más aún si la Facturación Electrónica permite:
- Mejorar la experiencia del cliente.
- Agilizar procesos internos entre áreas.
- Minimizar el riesgo de recibir facturas dolosas.
- Apoyar en la conservación del medio ambiente.
- Impulsar una nueva forma de hacer e-commerce.
- Reducir costos en papelería y mobiliarios para almacenamiento.
