Mucho ha cambiado en Siria en los últimos meses. Los rebeldes han capturado más territorio y varias de las instalaciones militares en el norte del país, y están extendiendo su control en suburbios de la capital Damasco.
| diciembre 27, 2012
Sin embargo, no está claro si las propuestas de Lajdar Brahimi impedirán la participación de altos miembros del régimen del presidente Bashar Assad, una omisión que contribuyó a condenar el plan cuando se conoció a mediados de año. Rusia indicó que no apoyará planes que impliquen la salida de Assad.
Mucho ha cambiado en Siria en los últimos meses. Los rebeldes han capturado más territorio y varias de las instalaciones militares en el norte del país, y están extendiendo su control en suburbios de la capital Damasco.
Esto vuelve cada vez menos probable que ellos acepten cualquier plan que no excluya a cualquier funcionario cercano a Assad de un futuro gobierno.
El plan original ideado en Ginebra pide el establecimiento de un gobierno de unidad nacional con poderes ejecutivos completos que pueda incluir a miembros del gobierno de Assad, la oposición y otros grupos. Este supervisaría la redacción de una nueva Constitución y las elecciones.
Debido a las objeciones rusas, el plan no solicitaba específicamente la salida de Assad y tampoco le impedía participar en el nuevo gobierno, por eso el plan fracasó desde el inicio con la oposición.
"El pueblo sirio busca un cambio genuino", dijo Brahimi a los reporteros en Damasco, y agregó que el periodo de transición "no debe llevar al colapso del Estado o de sus instituciones".
El enviado internacional dijo que el plan original podría incluir algunas enmiendas, pero no especificó cuáles podrían ser. Tampoco si el plan podría incluir a Assad. Brahimi dijo que todavía está por determinar si el llamado a las elecciones será para presidente o para el Parlamento.
El gobierno de Siria no ha opinado respecto de las declaraciones de Brahimi. El enviado visitará Rusia este fin de semana.
Moscú ha sido el respaldo más fuerte de Assad durante el conflicto, vendiendo armas a sus fuerzas y, junto con China, protegiéndolo de que el Consejo de Seguridad de la ONU lo censure por la violenta represión contra los disidentes.
En tanto, el jueves, un coche bomba detonó en el suburbio capitalino de Sbeineh y dejó cuatro personas muertas y 10 heridas.
Más de 40.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, de acuerdo con activistas.