Los separatistas de la provincia separatista de Donetsk rechazan la propuesta de Poroshenko.
| junio 19, 2014
En una entrevista con el canal de televisión Dozhd, Denís Pushilin, uno de los dirigentes de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), calificó de “absurda” la propuesta. “Me dan ganas de escupir sobre ese alto el fuego”, manifestó, a su vez, Igor Strelkov, el oficial ruso que ejerce como ministro de Defensa de la RPD. Según Strelkov, las tropas gubernamentales ucranias habían disparado sus baterías sobre la localidad de Kramatorsk en la noche del martes y habían proseguido su ataque desde el aire en la mañana de ayer.
La iniciativa del jefe de Estado ucranio llegó tras una charla telefónica con Putin
Strelkov se mostró muy pesimista sobre la capacidad de resistir por largo tiempo la ofensiva militar de Kiev si Rusia no se involucra plenamente en la ayuda militar a los insurgentes. “Rusia no quiere darnos equipo moderno por miedo a que permita identificar su procedencia. A lo sumo, nos dan equipo viejo que perteneció al Ejército de la URSS y que figura también en el inventario de las Fuerzas Armadas ucranias y, a veces, incluso se trata de equipo estropeado y ni siquiera se toma la molestia de arreglarlo”, manifestó a esta corresponsal una fuente de la RPD. La fuente se había desplazado a Moscú para insistir ante el Kremlin de la necesidad de enviar tropas pacificadoras a Donetsk y de incorporar la región al Estado ruso, siguiendo el ejemplo de Crimea.
Putin hace oídos sordos y su actitud despierta ya expresiones de frustración en las filas separatistas. “Esperamos que más tarde o más temprano, Rusia nos ayudará”, manifestó el martes Strelkov. “Por el momento la parte ucrania acabará de concentrar sus fuerzas en una jornada y (…) pasará a la ofensiva a lo largo de la frontera (…), desde el norte y desde el sur”. Así sucederá “si Vladímir Vladímirovich [Putin] no se inmiscuye personalmente en esta situación y no toma medidas que eliminen del todo los planes de las fuerzas de ocupación de Kiev”, dijo Strelkov, que acusó a Kiev de querer “aislar la aglomeración de Donetsk de la frontera con Rusia”.
"Moscú no quiere darnos armamento moderno", manifestó una fuente de la RPD
En su declaración del lunes, Strelkov calificó de “puramente tácticos” sus “pequeños éxitos” frente a las fuerzas armadas de Kiev. “Hace tiempo que comenzamos a ser derrotados” desde el “punto de vista estratégico”, argumentaba el militar, refiriéndose a la superioridad del potencial militar de Ucrania. El oficial acusó a “altos funcionarios rusos” de “sabotaje” por su falta de apoyo a Novoróssia (el proyecto de independencia del sur y el este de Ucrania) y la falta de reconocimiento de la RPD y la República Popular de Lugansk, las dos entidades creadas por los separatistas. Según Strelkov, al no suministrar “las necesarias armas y municiones”, Putin “de hecho desautoriza” sus afirmaciones “sobre la disposición a defender a la población pacífica rusa de Donbás”.
“Si no hay ayuda militar será inevitable la derrota de la RPD y RPL y no tiene importancia si ocurre una semana antes o un mes después. Los adversarios nos cortarán el camino a la frontera y nos sofocarán de forma metódica y de paso “limpiarán” el territorio, enviando en un instante a la Federación Rusa un millón o dos de refugiados empobrecidos y enfurecidos”, dijo Strelkov. “Tras el referéndum del 11 de mayo, la población esperaba que Rusia nos reconociera y nos aceptara como hizo con Crimea, pero al darse cuenta de que no es así huye en masa a donde puede”, manifestó en Moscú un enviado de RPD.
Las autoridades rusas están considerando nuevas medidas para hacer frente a la oleada de fugitivos de Ucrania, que se cuentan por miles y se concentran sobre todo en las regiones fronterizas del oeste de Rusia.
Por otra parte, en su conversación con Vladímir Putin, Poroshenko prometió investigar la muerte de dos periodistas de la Radio Televisión Estatal de Rusia, Igor Korneliuk y Antón Voloshin, por fuego de mortero en Lugansk. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó que los dos presidentes "tocaron el tema de un posible alto el fuego en la zona de combates en el sureste de Ucrania". En Lugansk el miércoles los separatistas y las tropas leales a Kiev concertaron una tregua con objeto de intercambiar cadáveres.