El exjuez anticorrupción Sergio Moro renunció este jueves a su candidatura a las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, en las que se perfilaba como principal carta de la "tercera vía" ante el duelo entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
"Renuncio a mi candidatura presidencial y seré un soldado de la democracia para recuperar el sueño de un Brasil mejor", escribió el exministro de Justicia del presidente Bolsonaro en un comunicado publicado en Instagram.
Tercero en las encuestas con una intención de voto del 8%, el exmagistrado afirmó además que cambiará de partido, del centrista Podemos, al que se incorporó en noviembre, hacia el centroderechista Uniao Brasil.
El objetivo del cambio es "facilitar las negociaciones de las fuerzas políticas del centro democrático que buscan una candidatura presidencial única", aseguró.
Moro, de 49 años, es enemigo acérrimo de Lula, favorito en las encuestas y a quien condenó a prisión por corrupción en 2017.
También está en muy malos términos con Bolsonaro, a cuyo gobierno renunció en abril de 2020, acusando al jefe de Estado de interferir en investigaciones policiales contra sus familiares.
"Brasil necesita una alternativa que libre al país de los extremos, de la inestabilidad y del radicalismo", sostuvo Moro, quien, según la prensa local, buscará un escaño de diputado o senador.
Las encuestas no dan chance a una candidatura de "tercera vía", que evitaría un duelo entre Lula y Bolsonaro en la segunda vuelta, pues ninguno de sus potenciales candidatos supera el 10% de respaldo.
Para el politólogo André Pereira César, de la consultora Hold, la salida de Moro debería beneficiar al presidente.
"Quien gana es Bolsonaro, porque el elector que votaría" por candidatos de la llamada tercera vía "tiene muchas más afinidades" con él, explicó.
"Ese votante jamás votaría por Lula, por cuestiones ideológicas", agregó este analista, para quien la probabilidad de un balotaje entre Lula y Bolsonaro es del 95%.
Según la última encuesta del instituto Datafolha, Lula se mantiene claramente a la cabeza, con el 43% de las intenciones de voto, por delante de Bolsonaro (26%).
El jefe de Estado, sin embargo, redujo la brecha de 26 a 17 puntos frente a la encuesta anterior, en diciembre.