Dirigentes comunitarios del norte de Texas mostraron opiniones diversas sobre la decisión del presidente de EEUU, George W. Bush, de enviar 6.000 soldados de la Guardia Nacional a reforzar la frontera con México.
| mayo 16, 2006
Para Héctor Flores, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés), la decisión, anunciada anoche por el mandatario, no es solución a largo plazo, y menos en la frontera con Texas, donde existe una guerra creada por los narcotraficantes para controlar la zona.
‘El hecho de resguardar la frontera para evitar el flujo de inmigrantes ilegales es prioritario para tener una reforma migratoria y proteger al país’, dijo Flores.
Pero aclaró que ‘hay que pensar que en algunas partes, como en el límite de Texas y Laredo, existen otra clase de intereses que mueven millones y millones de dólares: el narcotráfico’.
Agregó también que la función que tendría la Guardia Nacional en la frontera con México está en ‘entredicho porque su labor es la de apoyar el trabajo de la Patrulla Fronteriza, nada más’.
Flores criticó al presidente Bush por enfatizar el castigo que se debe imponer a las personas que ingresan ilegalmente en EEUU y trabajan con documentos falsificados, sin aludir a sus empleadores.
‘Esperemos que los empleadores que contratan a indocumentados sean también castigados con el peso de la ley, y no solamente con multas. No es aceptable. Si van a tratar como delincuentes a los indocumentados, los que los emplean deberían también ser catalogados como tales’, precisó Flores.
Sin embargo, Luis de la Garza, consejero del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México en Estados Unidos, cree que el discurso de Bush fue ponderado.
‘La propuesta de Bush es lo que millones de hispanos estaban buscando, y permitirá a corto plazo la oportunidad de regularizar su estatus migratorio’, manifestó De la Garza.
Para el representante del PRI, la propuesta que el presidente dejó deslizar en su discurso de anoche, de que los indocumentados con varios años en EEUU y sin antecedentes penales puedan pagar una multa y tramitar su residencia y luego su ciudadanía, es una buena oferta que puede beneficiar a numerosos hispanos.
Bush también exhortó en su discurso a poner en marcha una iniciativa de seguridad fronteriza moderna desde el punto de vista tecnológico, con la construcción de vallas de alta tecnología, sensores de movimiento, cámaras de infrarrojos y vehículos no tripulados, para impedir los cruces ilegales entre México y EEUU.
De acuerdo con Jacobo Kuperstoch, director ejecutivo del Centro Comunitario Mexicano en Dallas, los recursos para potenciar la presencia de la Guardia Nacional y utilizar tecnología avanzada no resolverán el problema de la inmigración ilegal.
Para Kuperstoch, la solución está en atacar a la fuente de origen del problema migratorio: la pobreza en México.
Para ello, afirma, se debe empujar la inversión económica en el país vecino para crear fuentes de trabajo y así detener la huida masiva de personas hacia Estados Unidos.
‘No existe gran inversión de Estados Unidos en México en el área rural. Si eso pasa, la gente trabajará por un sueldo digno y no pensará en que la solución a sus problemas económicos se encuentra al norte’, indicó Kuperstoch.
México y Estados Unidos comparten una frontera de 3.200 kilómetros por donde pasan ilegalmente cada año medio millón de mexicanos.
En Estados Unidos viven unos diez millones de mexicanos, la mitad de los cuales son indocumentados, que el año pasado enviaron a sus familiares en México 20.000 millones de dólares, la segunda entrada de divisas al país después de las ventas petroleras.