Cuatro personas son juzgadas a partir del lunes en Bristol, en el suroeste de Inglaterra, por haber arrancado la estatua del comerciante de esclavos británico Edward Colston, figura destacada de la ciudad, durante las protestas del movimiento Black Lives Matter.
El 7 de junio de 2020, la estatua, controvertida desde hacía años, fue derribada y arrojada al río Avon, que cruza Bristol, durante las manifestaciones contra el racismo a raíz de la muerte en mayo de George Floyd, un estadounidense negro asesinado por un policía blanco.
Cuatro personas, de 21, 25, 29 y 36 años, fueron detenidas en el caso y acusadas de daños penales. Se declararon inocentes en enero.
Dándoles su apoyo, el artista urbano Banksy, originario de la ciudad, puso a la venta el sábado unas camisetas afirmando que "todo lo recaudado se destinará a los acusados para que se tomen una cerveza".
De color gris, las camisetas muestran el pedestal de una estatua vacío sobre el que reposa una cuerda y a proximidad los restos de un cartel abandonado.
Colston hizo fortuna con el comercio de esclavos. Entre 1672 y 1689, habría vendido en América unos 100.000 esclavos de África Occidental, antes de utilizar su fortuna para financiar el desarrollo de Bristol, lo que le valió durante mucho tiempo una reputación de filántropo.
Su estatua fue recuperada del río por las autoridades locales.
Un año después de ser arrancada fue el centro de una exposición temporal en Bristol sobre el nacimiento del movimiento Black Lives Matter en el Reino Unido.
Este movimiento ha provocado una introspección en el país sobre su pasado colonial y su representación en el espacio público.
Varias destacadas instituciones británicas, como el Banco de Inglaterra o la aseguradora Lloyds, que aseguraba los barcos de esclavos, pidieron disculpas por sus lazos pasados con el comercio de esclavos. Y autoridades locales, como la City de Londres, decidieron retirar homenajes a algunas figuras.
En Bristol, se rebautizaron dos escuelas y un teatro que llevaban el nombre de Colston.