El Gobierno subvencionará la electricidad y el gas a partir de febrero y financiará “de urgencia” el recibo completo de diciembre a todos los usuarios
Rigoberto Carranza | noviembre 2, 2022
Redacción EL PAÍS
Alemania tira de chequera para aliviar la carga de los elevados costes de la energía este invierno tanto para los hogares como para las empresas, pero tratando a la vez de reducir el consumo todo lo posible.
El Gobierno ha decidido intervenir los precios mediante rebajas que financiará con nueva deuda dentro del paquete de 200.000 millones de euros anunciado hace un mes.
El tope del precio del gas es la principal medida del paquete que este miércoles ha acordado el Gobierno de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales. Hogares y pymes pagarán 12 céntimos por kilovatio/hora por el 80% del consumo anual previsto.
En el caso de la calefacción urbana, el tope se fija en 9,5 céntimos. La medida entrará en vigor en febrero, un mes antes de lo que se había previsto inicialmente, y se prolongará hasta abril de 2024.
El coste para las arcas públicas de asumir el importe por encima de ese tope se calcula en 33.000 millones de euros, según el documento final de 13 páginas salido del Consejo de Ministros.
El también llamado freno al precio de la electricidad se mantendrá en principio hasta abril de 2024, siguiendo los consejos de una comisión creada ad hoc para asesorar al Gobierno en la mejor manera de luchar contra la crisis energética.
Los expertos presentaron sus conclusiones el martes y este miércoles el canciller, Olaf Scholz, se reúne con los líderes de los 16 Estados federados para comunicarles su decisión y debatir con ellos el plan y otras medidas adicionales.
Apoyo a la industria
El apoyo a la industria que tanto preocupa en el resto de la Unión Europea se materializa con un tope al gas que se aplicará al 70% de su volumen de consumo. Las grandes compañías pagarán siete céntimos por kilovatio/hora.
El objetivo, señala el Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz, es “reducir sustancialmente sus costes energéticos con el fin de amortiguar los riesgos para el crecimiento y el empleo durante la crisis”. A Alemania le preocupa que los elevados costes energéticos perjudiquen las cadenas de valor y que importantes industrias básicas se vean obligadas a producir en el extranjero. Al introducir el límite al 70% del consumo habitual se consigue un incentivo para el ahorro, destaca el documento.
Esta rebaja entra en vigor el 1 de enero y afecta a grandes consumidores, los que superan 1,5 gigavatios/hora al año.
La ayuda a los grandes clientes industriales supondrá unos 21.000 millones de euros, que saldrán, como el resto de las cantidades, del gran paquete de 200.000 millones de euros que anunció el Gobierno hace unas semanas y que ahora se está concretando.
El plan, bautizado como “paraguas de protección”, ha despertado recelos en Bruselas y en el resto de los socios europeos por su posible incidencia en el mercado único. Algunos líderes, como el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, han acusado directamente a la “rica y poderosa” Alemania de usar la crisis “para ganar ventaja competitiva de sus empresas en el mercado único”. En la UE, Alemania rechaza poner un tope al precio del gas, aunque internamente lo vaya a subsidiar.