El expresidente Martinelli también destaco que está siendo perseguido tanto el como su familia como parte de una venganza política del presidente Juan Carlos Varela.
Sara Gonzalez | febrero 25, 2023
El expresidente Ricardo Martinelli hizo pública una carta en donde sacó a relucir los favores que le hizo a los Estados Unidos entre otros detalles.
Puede leer la traducción del documento original a continuación.
Es fútil explicar las fallas en los cargos contra mí y la influencia impuesta por el ex embajador de Estados Unidos en Panamá, John Feeley, quien no solo le dio a Panamá una “mano amiga” durante este proceso, sino que logró lo imposible.
Sin embargo, explicaré los eventos relevantes que por un lado me llevaron a suelo estadounidense, o por otro lado justificaron mi idea de que en los Estados Unidos no apoyarían la vendetta del presidente Varela contra mí.
Como expresidente de Panamá, estoy siendo perseguido por mi ex vicepresidente, y actual presidente de Panamá, por una venganza política personal.
Ha fabricado cargos en mi contra para lastimar mi trayectoria política y atacarme a mí y a mi familia.
Le ha pedido ayuda a los Estados Unidos para extraditarme, llevando a mi detención de un año en una cárcel estadounidense.
La meta: inhabilitarme políticamente en el 2019.
Elegí venir a este país, aunque también soy ciudadano de Italia (un país que no extradita a sus nacionales).
Elegí venir aquí porque fui “invitado” por los más altos oficiales de su gobierno anterior.
Años de amistad con este país jamás pensé ser tirado en una cárcel estadounidense. Aunque una corte estadounidense ha encontrado “causa probable” para mi extradición, las cortes no tienen permitido considerar todos los hechos.
Quiero explicarles por qué esta extradición nunca debió suceder.
Cuando la CIA pidió que yo detuviera un barco norcoreano proveniente de Cuba que cruzaba el Canal de Panamá, no pestañeé. Personalmente examiné el barco y encontré armas, misiles, aviones y radares que violaban el embargo de la ONU.
Antes de incautar el barco norcoreano, me llamó el presidente Raúl Castro y el canciller / viceministro cubano y fui amenazado. Dejaron claro que si detenía el barco sufriría graves consecuencias. Es importante apreciar su estrecha relación con el presidente Varela.
Tras incautar el barco, el presidente de los Estados Unidos llamó para agradecerme por intervenir y seguir las instrucciones de la CIA.
Irónicamente, esto ocurrió por el tiempo en que el presidente estaba siendo acusado de pinchar las conversaciones de la Canciller Merkle y la presidenta brasileña Rousseff. En ese momento le informé al presidente de las amenazas hechas por el gobierno cubano.
El presidente de los Estados Unidos envió al vicepresidente y a la secretaria de Estado a Panamá, no solo para extender su agradecimiento personal, sino para tranquilizarme con que las amenazas estaban siendo tomadas en serio y que en el evento de que necesitara ir a los Estados Unidos, podía hacerlo sin miedo. Estaba bajo la impresión de que promesas hechas por este tipo de oficiales del gobierno eran de confiar. Estaba equivocado.
Cuando las negociaciones de las FARC iniciaron en Cuba, nosotros apoyamos los intereses estadounidenses. No permitimos que las guerrillas utilizaran territorio panameño como santuario o refugio. También redujimos el tráfico de drogas a través de Panamá que se dirigía a los Estados Unidos, el cual ha incrementado significativamente bajo el actual gobierno.