Los seguidores de Zelaya, un político liberal que en la mitad de su mandato viró a la izquierda y se alió al presidente venezolano Hugo Chávez, planeaban bloquear los accesos a las principales ciudades del país.
| julio 16, 2009
El Gobierno interino que asumió el 28 de junio, cuando Zelaya fue sacado a punta de rifle del país, reimpuso el miércoles el toque de queda y envió policías a los lugares donde se realizarán las manifestaciones.
Los seguidores de Zelaya, un político liberal que en la mitad de su mandato viró a la izquierda y se alió al presidente venezolano Hugo Chávez, planeaban bloquear los accesos a las principales ciudades del país, en momentos en que la intensidad del conflicto parecía haber mermado en las calles.
"Vamos a hacer dos concentraciones fuertes, tomando carreteras para golpear la economía de estos empresarios golpistas", dijo a Reuters Juan Barahona, líder de un bloque de organizaciones populares que exige la restitución de Zelaya, desde uno de los accesos a Tegucigalpa.
Las manifestaciones ocurren dos días antes del reinicio de las conversaciones convocadas por el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, destinadas a reanudar el diálogo, en búsqueda de una solución a la peor crisis política de Centroamérica en dos décadas.
El derrocamiento de Zelaya ocurrió después de días de tensión por la insistencia del mandatario en hacer una consulta popular que abriera paso a la reelección presidencial, la que sus detractores veían como un intento de perpetuarse en el poder y emular los varios cambios a la carta magna venezolana realizados por Chávez.
Una salida a la crisis parece aún lejana. A las reuniones no asistirán ni Zelaya, que el martes reinvidicó el derecho de la población a la insurrección, ni el presidente de facto, Roberto Micheletti.