El gobierno de Brasil lanzó el viernes un plan nacional que busca aumentar la producción local de fertilizantes y disminuir así la dependencia de las importaciones, una necesidad creciente debido a la guerra en Ucrania.
El plan, formalizado por decreto, contempla incentivos fiscales, créditos y otras medidas para estimular la apertura de fábricas y aumentar la explotación de minerales para los próximos 28 años.
Brasil, una potencia global en el agronegocio, es actualmente el cuarto consumidor mundial de fertilizantes, siendo el potasio el principal producto utilizado por los productores brasileños.
El 85% de los fertilizantes usados en el país son importados, mientras que la soja, el maíz y la caña de azúcar son los tres cultivos que más fertilizantes demandan. Según la hoja de ruta del plan, Brasil pretende disminuir de 85% a 45% la dependencia en 2050.
Las sanciones económicas adoptadas contra Rusia, así como las que pesan sobre Bielorrusia, dos de los principales proveedores de fertilizantes para Brasil, podrían comprometer las ventas, por lo que el gobierno de Jair Bolsonaro ha comenzado a explorar alternativas para suplir una posible escasez.
El presidente ultraderechista alentó nuevamente el viernes al Congreso a avanzar con un controvertido proyecto de ley que habilita la minería en tierras indígenas, alegando su urgencia frente al contexto de guerra que podría ocasionar la falta de fertilizantes en el país.
El mandatario defendió esa propuesta al asegurar que "abrirá espacios para integrar a los hermanos indígenas a la sociedad" y agregó: "Ellos (los indígenas) son casi como nosotros y quieren integrarse".
Por su parte, la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, viajará este sábado a Canadá para intentar que ese país incremente las ventas de fertilizantes a Brasil.
"No estamos buscando la autosuficiencia, pero sí la capacidad de superar desafíos y mantener nuestra mayor riqueza, el agronegocio, pujante y competitivo, que trae seguridad alimentaria a Brasil y al mundo", dijo la ministra, quien añadió que el plan no intenta solamente reaccionar a la crisis, sino resolver un problema estructural.