En Sudáfrica, el ser humano ayuda a la naturaleza a evitar la consanguinidad entre leones

Internacional

A pesar de su porte orgulloso, la joven leona en la flor de la vida debe ser esterilizada. Esto puede parecer paradójico tratándose de una especie clasificada como vulnerable, pero en esta reserva privada sudafricana donde hay solamente tres machos emparentados entre sí se debe intentar evitar cualquier riesgo de consaguinidad.

Las pequeñas reservas contribuyen de forma activa a la conservación de las especies salvajes. La población de leones ha descendido en un 43% en el correr de dos décadas, al punto de ser considerada en peligro de extinción. 

Sobre 20.000 ejemplares repertoriados en el mundo, 700 se encuentran en Sudáfrica en reservas como la de Rietspruit, cercana al famoso Parque Kruger, y muchos otros en el medio salvaje. 

La gestión de esta riqueza, para evitar la sobrepoblación y los apareamientos que llevarían a la degradación de la especie, es una ciencia compleja que a veces debe ser manejada con bisturí.

Peter Rogers apunta su fusil de dardos en dirección a cuatro hembras jóvenes, elegantemente echadas junto a su madre a la sombra de un árbol, todas con el vientre henchido por la carne de una cebra que devoraron por la noche.

Apunta a su blanco y jala el gatillo. Una jeringuilla de punta roja se clava en el cuello de una de ellas. Sorprendida, gruñe y se desparrama por completo. 

"¡Es enorme!", afirma casi sin aliento el veterinario, quien transporta a la leona saciada por la cebra pero dormida por tranquilizantes, hasta el maletero del 4×4 donde tiene su equipo. Pesa 140 kg. 

Directo al quirófano. El vehículo recorre la carretera a toda velocidad, levantando nubes de un polvo rojo, bajo la mirada impasible de las jirafas que comen hojas en las copas de los árboles. 

En la parte trasera, la leona está tendida, con los ojos vendados, y con perfusión. 

Extirparle los ovarios lleva unas cuatro horas, más de lo habitual. Una cirugía "invasiva", complicada con el estómago lleno, reconoce Rogers, un especialista en fauna salvaje. 

La hembra se despierta de forma repentina, vomitando a causa de la anestesia. Su madre, en cambio, es tratada con anticonceptivos, pero otra leona mayor ya fue sometida a la misma operación quirúrgica.

Antílopes en abundancia

En plena naturaleza o en una gran reserva, la selección natural haría su trabajo y evitaría este tipo de manipulación. 

Solamente los especímenes más fuertes logran sobrevivir a las guerras territoriales entre clanes de leones y a la rivalidad por la comida con otros depredadores. Algunos cachorros serían devorados en apenas segundos sin la atención de su madre. 

No obstante, los nueve leones de Rietspruit no tienen de qué preocuparse: los antílopes abundan en el parque con una extensión de 5.500 hectáreas y hay muy pocas hienas, leopardos o guepardos que puedan representar una seria amenaza. 

Sin el control del ser humano, en un marco tan sereno, las fieras se multiplicarían rápidamente y sin lugar a dudas devorarían a toda la reserva para luego emprenderla con el ganado de las granjas vecinas. 

Los únicos tres machos son además hermanos inseparables que se turnan con las hembras de manera voluntaria y sin celos entre ellos. De golpe, "el problema más grave es la diversidad genética", explica a la AFP Kevin Leo-Smith, director de la reserva.

Pero en su conjunto, "las pequeñas reservas han hecho aumentar la población de leones probablemente en un 50% en los últimos treinta años". 

El Foro de gestión de leones de Sudáfrica (LiMF), creado en 2010, supervisa la población de estos grandes felinos en 59 reservas. Su objetivo es imitar los procesos naturales, controlando la reproducción e intercambiando machos. 

Este control riguroso ha permitido que la población crezca con una tasa sostenida del 2% anual. 

Sin éste, "la población aumentaría en el 22% anual", señala el presidente de LiMF, Sam Ferriera. "Dicho así parece genial, pero el problema es que carecemos de espacio para ello en Sudáfrica", prosigue. 

El país cuenta con 3.500 leones, o sea, el 17% del total mundial, e inclusive experimenta un crecimiento de esta población. 

En algunos años, los leones machos de Rietspruit serán reemplazados por otros más jóvenes. Y algunas hembras ya no recibirán anticonceptivos.