Una jueza rusa declaró este martes a Alexéi Navalni culpable de "fraude" y "desacato", allanando el camino para ampliar la pena de prisión que ya está cumpliendo el principal opositor al presidente Vladimir Putin.
La fiscalía había solicitado la semana pasada que la pena de dos años y medio de detención, que Navalni cumple desde hace algo más de un año, se elevara a 13 años de prisión.
El carismático activista anticorrupción y exabogado, de 45 años, está siendo juzgado desde febrero en un tribunal improvisado dentro de la colonia penitenciaria donde cumple su pena, a 100 km al este de Moscú.
El martes apareció en la audiencia vestido con uniforme de presidiario, con el rostro demacrado, y escuchó el veredicto con las manos en los bolsillos, entre risas y discusiones con sus abogados, relató un periodista de la AFP en el lugar.
Como se esperaba, la jueza Margarita Kotova lo declaró culpable desde el principio de la lectura de la sentencia, que podría durar varias horas hasta el anuncio final de la pena.
"Navalni cometió un fraude, el robo de la propiedad de otras personas por parte de un grupo organizado", dijo Kotova, quien agregó luego que también "mostró su falta de respeto en el tribunal, insultando a un juez".
Tras el veredicto, Navalni podría ser trasladado, a petición de la fiscalía, a una prisión del llamado "régimen estricto", más alejada de Moscú y donde las condiciones son mucho más duras.
Un centenar de periodistas asisten a la retransmisión en vídeo de la audiencia en una sala de prensa instalada en la colonia penitenciaria.
El opositor solo estaba acompañado de sus dos abogados, en plena ola de intimidación de las voces críticas con el Kremlin en el contexto de la ofensiva rusa en Ucrania.
Represión
En el caso que se juzga este martes, los investigadores acusan a Navalni de malversar millones de rublos en donaciones a sus organizaciones anticorrupción y de "desacato" durante un juicio anterior.
Navalni considera que estos cargos son ficticios y que fueron ordenados por el Kremlin para mantenerlo en prisión el mayor tiempo posible.
El activista, conocido por sus investigaciones sobre la corrupción y el estilo de vida de las élites rusas, lleva más de dos años siendo objeto de la represión de las autoridades.
En agosto de 2020, cayó gravemente enfermo en Siberia, víctima de un envenenamiento con un agente nervioso, ordenado según él por el propio presidente ruso.
El Kremlin lo niega, pero las autoridades rusas nunca han investigado este supuesto intento de asesinato.
A su regreso a Rusia, en enero de 2021, tras cinco meses de convalecencia, fue detenido y condenado a dos años y medio de prisión por un caso de "fraude" de 2014 relacionado con la empresa francesa Yves Rocher.
En junio de 2021, sus organizaciones, que llevaban años haciendo campaña en toda Rusia, fueron calificadas de "extremistas" y prohibidas, lo que llevó a muchos activistas a exiliarse para evitar ser procesados.
Otros han sido detenidos y se enfrentan a duras penas de prisión.
Incluso desde su colonia penitenciaria, Navalni sigue enviando mensajes contra el gobierno de Putin.
Desde la ofensiva en Ucrania, se ha pronunciado contra los combates y ha seguido convocando manifestaciones contra el conflicto a pesar de los riesgos que conlleva.
Para reprimir cualquier crítica al ejército ruso, las autoridades han reforzado aún más su arsenal jurídico, con fuertes penas de prisión.
A pesar de ello, más de 15.000 personas han sido detenidas temporalmente en Rusia en casi un mes por manifestarse contra la ofensiva, según la oenegé especializada OVD-Info.
En paralelo, el gobierno ha reforzado su control sobre la información acerca del conflicto, bloqueando el acceso a decenas de medios locales y extranjeros en Rusia.
El lunes, la justicia rusa prohibió Instagram y Facebook, acusadas, como Navalni, de "extremismo". Twitter y TikTok ya estaban bloqueadas en Rusia.