El motivo real es un agujero de seguridad descubierto el pasado seis de enero. A través de una aplicación WhatsAppStatus Changer, cualquier puede suplantar a otro usuario. Además, en estos días de ausencia, han sido muchas las voces críticas hacia WhatsApp por su gestión de la privacidad y la falta de envío encriptado, algo que sí hace, por ejemplo el BBM, el servicio equivalente de Blackberry. "Es como mandar un mensaje secreto en una postal" decían en Twitter para evidenciar la situación.
En lugar de hacer referencia al problema, WhatsApp, creado por una empresa de California que nunca ha hecho publicidad de su servicio, ha publicado un artículo en su blog para desmentir una leyenda urbana que poco tiene que ver con la desconfianza generada. Indican que piensan seguir siendo un servicio que no carga por la cantidad de mensajes enviados y que no tienen intención de cerrar el 28 de enero como se había difundido a través de una cadena de correo.
Durante estos días los proveedores de telefonía, que han visto menguar sus ingresos por mensajes SMS, han anunciado el desarrollo de una tecnología para proveer de servicios similares a sus abonados a menor coste. Movistar ya anunció que estos envíos pasaban a ser gratis para todos los que contratasen tarifa de datos en sus móviles desde el tres de noviembre.
Durante estos días de desaparición varias aplicaciones alternativas han ganado en relevancia y popularidad: iMessage (de Apple), ChatON (de Samsung pero compatible con varias plataformas), GroupMe y el Messenger de Facebook.
MM/RP