| junio 13, 2016
Panamá saltó a la cancha en Chicago con la voluntad y la valentía con la que se afrontan los partidos decisivos. Con un planteamiento inteligente del DT “Bolillo” Gómez y una actitud brillante de los jugadores, la selección Panamá empezó el partido bloqueando y desconectando el juego de la selección Argentina.
En punta Higuaín estuvo aislado del resto del equipo sin que le llegaran balones claramente y el acostumbrado juego de Argentina por las bandas no se desenvolvía con la eficacia de partidos anteriores. Un gol tempranero de Otamendí al minuto 7, sacó a la luz la inocencia de los jugadores en la saga Panameña, tras quedarse sembrados y permitir la llegada clara de gol de al menos 5 jugadores Argentinos.
A pesar de esto Panamá no se quedó atrás y con orden y muchas ganas siguió poniendo en aprietos a la encopetada selección Argentina. Esas ganas llevaron a que en el minuto 28 Miguel Camargo rematara a puerta y exigiera a Sergio Romero. Sin embargo el partido se desniveló definitivamente un par de minutos después. En una acción irresponsable de Godoy, quien le dio un manotazo a Gaitán al frente del árbitro, vio su segunda amarilla (la primera la había visto ocho minutos antes).
Panamá aguantó con heroísmo hasta el minuto 68, en el que la pulga Messi quien había ingresado 8 minutos antes, convirtió un mal rechazo de la saga Panameña en gol. De ahí en adelante con un Messi conectado y en su mejor versión con la selección Argentina, también aprovechando el desgaste de los jugadores de Panamá, la magia del 10 no tardó en seguir marcando diferencia.
En el minuto 79 un golazo de tiro libre empezó a mostrar el camino de la goleada. En el 86 de nuevo la pulga regateo a dos defensas y puso el 4. El quinto llego por obra de Agüero en el 92.
Panamá mostro cosas muy interesantes y mantiene la esperanza para el último partido en el que enfrentará a Chile. Un rival que se muestra accesible lejos de la versión que lo llevó a coronarse campeón de la pasada Copa América.
