La DEA y una fiscalía de Nueva York acusan de terrorismo, narcotráfico y tenencia de armas a los jefes de la banda.
| julio 3, 2014
La acusación por narcotráfico, terrorismo y delitos ligados a posesión ilegal de armas alcanza a Florindo Eleuterio Flores Hala, alias Camarada Artemio (en prisión); Víctor Quispe Palomino, alias Camarada José; y Jorge Quispe Palomino, conocido como Raúl. Flores Hala fue el último cabecilla del comité central de la organización subversiva en ser detenido, y fue condenado en junio de 2013 a cadena perpetua por terrorismo, narcotráfico y lavado de dinero.
En un comunicado divulgado por la DEA, el procurador del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara señaló que los acusados son líderes “de una organización militar asesina, y ordenaron emboscadas que han matado a cerca de dos docenas de soldados y policías peruanos. El producto del comercio de la cocaína peruana que ellos trasladan y protegen a veces termina a la venta en Estados Unidos”.
Leonhart destacó que durante décadas la organización, creada en 1980 por Abimael Guzmán, “ha generado terror, adicción e inestabilidad en el mundo utilizando las ganancias del narcotráfico”, y describió la investigación contra estos tres líderes como un reflejo del compromiso de la DEA para proteger a los ciudadanos estadounidenses de estas organizaciones “violentas y brutales”. El caso ha sido asignado al juez distrital Richard J. Sullivan.
El Departamento de Estado de EEUU calificó a Sendero Luminoso como una organización terrorista internacional desde 1997 y desde entonces permanece en esa condición.
En julio de 2010, el Departamento de Estado ofreció cinco millones de dólares por información que condujera a la captura del Camarada Artemio o al Camarada José: ambos fueron incluidos en el programa de recompensas ligadas al narcotráfico.
“Las actividades de narcotráfico de esta facción incluyen el cobro de extorsión y cupos a los traficantes locales, a cambio de protección de los laboratorios de cocaína o de las cargas a lo largo del Valle de los ríos Apurímac y Ene”, indicó entonces el Departamento de Estado, un aspecto que hoy también la DEA resalta en la formulación de cargos.
El Valle de los ríos Apurímac y Ene, que abarca parte de las regiones de Ayacucho, Junín, Cusco y Huancavelica, es el mayor productor de coca en el país, (el 38% del total) y es, también, la zona transitada por las columnas de subversivos que dirigen los hermanos Quispe Palomino, y donde tienen laboratorios y pozas de maceración.
El apoyo de la DEA en las acciones contra el narcotráfico es visible en Perú en acciones coordinadas con la Policía Nacional, en particular en el uso de helicópteros para interdicción y en el uso de equipos de interceptación de comunicaciones.
En enero, la exjefa de la entidad antidrogas en Perú, Carmen Masías, anunció que en 2014 el país recibiría unos 112 millones de dólares de cooperación en la lucha contra el narcotráfico, de los cuales 85 millones proceden de Estados Unidos.
La Corte acusa a Flores y los Quispe Palomino de cuatro cargos, entre ellos complotar para distribuir cocaína con el fin de financiar la actividad terrorista, y, para ello, hacen uso de su poder de fuego. En particular, menciona que el 22 de diciembre de 2005, en Aucayacu, selva central del país, Flores Hala lideró un grupo de miembros de Sendero Luminoso que dispararon a un convoy de policías, y mataron a siete oficiales. También refiere la muerte de 15 soldados debido a la detonación de minas sembradas por los terroristas en un camino por donde pasaría una patrulla del Ejército en abril de 2009 en Ayacucho, en la sierra sur.