Este proceso de expulsión confirma lo denunciado por el expresidente Martín Torrijos Espino, de que esta dirigencia nunca ha hecho suyo el ideario torrijista, y sólo vela por sus intereses personales.
El expresidente Martín Torrijos Espino ha sido notificado de manera oficial por parte del fiscal delegado del Partido Revolucionario Democrático (PRD), de la denuncia presentada por un miembro del colectivo, solicitando la expulsión del partido del que ha sido presidente de la juventud; secretario general, presidente de la República, e hijo del fundador, el general Omar Torrijos Herrera. Frente a lo sucedido Martín Torrijos Espino y equipo de campaña manifiestan que:
1.- Con esta expulsión, lo único que hacen es excluir a miles de ciudadanos que al igual que Martin Torrijos Espino, creen en los principios y pensamientos que inspiraron a su fundador en trabajar por el bienestar de los ciudadanos.
2.- Demuestra el secuestro a este colectivo político, y la falta de democracia a lo interno del partido.
3.- Confirma lo denunciado por el expresidente Martín Torrijos Espino, de que esta dirigencia nunca ha hecho suyo el ideario torrijista, y sólo vela por sus intereses personales.
4.- Reafirma, la actitud de persecución para con quienes difieran de sus equivocadas decisiones, atentando incluso, contra el empleo y libertad de expresión de centenares de sus miembros.
El candidato presidencial Martín Torrijos Espino, al igual que su equipo legal, estarán vigilantes de que se cumpla con todo el proceso legal contemplado en los estatutos, el Tribunal de Honor y Disciplina y su Reglamento Interno, que debe estar previamente aprobado por el Consejo Directivo Nacional, que debió definir las faltas sancionadas con amonestación verbal o escrita; rectificación de conducta, suspensión o destitución del cargo del partido e inhabilitación temporal para ser postulado por el partido a cargo de elección popular, según lo establece el Artículo 87 de los Estatutos y que debió ser aprobado por el Tribunal Electoral.
De igual forma, recelosos de que se respete la dignidad de los más de 700 mil integrantes del Partido Revolucionario Democrático (PRD), a quienes se les irrespetan sus ideas y voluntad por parte de una dirigencia equivocada.