La demanda presentada por el Partido Liberal, que apoyó la candidatura del líder de la ultraderecha a la reelección, puso en duda al 61 % de las urnas electrónicas utilizadas en la segunda vuelta de las elecciones, celebrada el pasado 30 de octubre.

Pese a que los resultados fueron avalados por numerosos organismos oficiales, la colectividad presentó una demanda ante el Tribunal Superior Electoral para invalidar el triunfo de Lula da Silva.