¿Qué pasa cuando dos equipos desorganizados y sin ideas se enfrentan en la Copa del Mundo? Igualan sin goles y salen abucheados de la cancha.
| junio 13, 2006
Francia y Suiza debutaron el martes en el Mundial con un empate 0-0, en un partido de pocas llegadas, falta de comunicación y oportunidades desperdiciadas que abrió el Grupo G, que completan Togo y Corea del Sur.
El técnico galo Raymond Domenech pagó cara su táctica de alinear a Thierry Henry como único punta, y de dejar en la banca al artillero de la Juventus David Trezeguet a cambio del volante Franck Ribery, bautizado en Francia como el sucesor de Zinedine Zidane.
Ribery no se entendió para nada con «Zizou» y Henry, perdió numerosos balones dentro del área, envió pases a compañeros fantasma y no supo definir las pocas oportunidades.
El volante del Marsella salió a los 70 minutos por el delantero del Manchester United Louis Saha.
Zidane tampoco lució mucho mejor. El mediocampista, que anunció su retiro del fútbol una vez termine el torneo, fue una sombra del mago que deleitó en el Mundial 1998, y se asemejó más al jugador entrado en años de la temporada pasada con el Real Madrid.
En el complemento, los franceses ya peleaban abiertamente entre ellos, y se vio a Zidane y Patrick Vieira en acaloradas discusiones.
Francia no supo aprovechar la presencia de Henry, goleador del Arsenal y uno de los mejores delanteros del mundo.
Solitario en la punta, Henry sucumbió ante la cerrada marca suiza, encabezada por su compañero en el club inglés Philippe Senderos. «Titi» Henry perdió pelotas que usualmente terminarían en la red, y los balones que tocó salieron desviados.