El único reporte inicial de represión policial fue en Kurgan, al este de Moscú, en la frontera con Kazajistán.

| diciembre 10, 2011
Los manifestantes marcharon por decenas de ciudades desde Vladivostok a Kaliningrado, a casi 7.400 kilómetros de distancia.
La policía anti-disturbios hizo poco para intentar contener a los activistas, que expresaron su descontento contra Putin mientras éste se prepara para su retorno a la presidencia el año próximo.
Las personas también mostraron su enojo ante los resultados de las elecciones del 4 de diciembre, que la oposición afirma fueron manipuladas en favor de Rusia Unida, el partido del primer ministro.
"Hoy 60.000, quizás 100.000 personas, estuvieron en este acto", dijo el ex primer ministro Mikhail Kasyanov, actualmente líder de un movimiento opositor que fue vetado en la elección.
Las marchas son una prueba a la capacidad de la oposición de convertir la ira nacional en un movimiento de protestas nacionales en la misma escala de las rebeliones de la Primavera Arabe, que derrocaron a gobernantes de Oriente Medio y el norte de Africa.
La mayoría de los expertos en política rusa afirma que el ex espía de la KGB -que ha dominado al mayor productor de energía del mundo durante los últimos 12 años- no corre el riesgo inmediato de ser derrocado y que es difícil mantener el desarrollo de las protestas en un territorio tan vasto.
Pero dicen que la autoridad de Putin se ha visto muy dañada y que podría desvanecerse gradualmente en su regreso como presidente a menos que responda a las demandas, que van desde tener elecciones justas a la reducción de la inmensa brecha entre ricos y pobres.
PROTESTAS EN TODO EL PAIS
El único reporte inicial de represión policial fue en Kurgan, al este de Moscú, en la frontera con Kazajistán, donde se dispersó a una marcha de unas 400 personas, reportó la agencia de prensa Interfax.
En Vladivostok, una importante ciudad portuaria donde el partido de Putin, Rusia Unida, fue derrotado por los comunistas en la elección parlamentaria del domingo, los manifestantes sostenían carteles que decían: "¡Nos oponemos a nuevas farsas!".
"Yo quiero nuevas elecciones, no una revolución", dijo Ernst Kryavitsky, un electricista jubilado de 75 años. "Las autoridades tienen que saber lo enojados que estamos", afirmó.
Los manifestantes estaban irritados por la elección parlamentaria en la que el partido de Putin ganó sólo una escasa mayoría en la Cámara baja, algo que es visto como un indicio cada vez mayor del descontento con el Gobierno de Putin.
Los líderes del partido de Gobierno niegan haber hecho trampa y Putin, actualmente primer ministro tras haberse desempeñado ocho años como presidente, hasta el 2008, ha acusado a Estados Unidos de alentar y financiar las protestas.
Putin sigue siendo el líder más popular en los sondeos de opinión, pero sus índices de aprobación han estado cayendo.
Muchos rusos se sintieron privados de su derecho a elegir cuando el primer ministro y Medvedev anunciaron sus planes para intercambiar cargos tras los comicios presidenciales del año próximo y dijeron que la decisión se había tomado años atrás.