Será una convocatoria en su mayoría de jugadores de la LPF,con la excepción de Ricardo Clarke, delantero del Zamora de la Liga de Venezuela. Para muchos un sueño hecho realidad, para otros su prueba de fuego.

| febrero 16, 2016
El miércoles a las 8.30 p.m. cuando la Selección de Panamá reciba a su similar de El Salvador, será un partido de preparación con miras al proceso eliminatorio; aunque tal vez no con la misma connotación para ambos oncenos.
Mientras que El Salvador se encuentra en una reestructuración de su equipo nacional, debido a los problemas de jugadores separados por arreglo de partidos (fueron 14 de los integrantes de la Selección Nacional en 2013) y los más recientes quienes se encuentran enfrentados a la FESFUT desde Noviembre (Federación Salvadoreña de Fútbol) por razones administrativas y económicas; nuestra selección se encuentra en ese camino de identificar dentro de los jugadores del patio quiénes pueden ser considerados de cara a los compromisos ante Haití en marzo y posteriormente a la Copa América Centenario a celebrarse en Junio en Estados Unidos.
Será una convocatoria en su mayoría de jugadores de la LPF,con la excepción de Ricardo Clarke, delantero del Zamora de la Liga de Venezuela. Para muchos un sueño hecho realidad, para otros su prueba de fuego.
Mucho se habla en los medios de comunicación, sobre el relevo generacional que debe existir en la selección nacional y esto conlleva descubrir e identificar el “nuevo talento” que pueda ser parte del proceso tan anhelado en Panamá, sin embargo la realidad es que en 2 años que cumplió el director técnico de Panamá a cargo de la Selección, el único jugador del patio que ha gozado de esta oportunidad ha sido Valentín Pimentel (ex jugador del Plaza Amador, actualmente de la Equidad en Colombia), porque los demás han sido con tránsito bastante fugaz sin mayor fortuna como ha sido el caso de Darwin Pinzón, Angel Patrick, entre otros.
Es por ello que los jugadores convocados, saben mejor que nadie que esta puede ser no solo la prueba de fuego, sino la “única” oportunidad que tengan para llenarle los ojos al técnico nacional, porque es sabido que dentro del plantel nacional para los 23 cupos en las convocatorias, son muy pocos los que rotan y generalmente menos los que entran al terreno de juego.
De no encontrar un modelo que permita que el proceso de transición de nuestros jugadores juveniles a la categoría mayor llegue acompañado de un sistema medible y con verdadero proceso de desarrollo, seguirán pasando generaciones, seleccionados de categorías sub 17, sub 20 y sub 23 y seguiremos dependiendo de los mismos jugadores, como ha sido lo habitual.
Suerte para la selección de la LPF como la han catalogado, porque al final, por más que se critique la liga local, todos los jugadores que visten y que nos llenan de alegría al vestir los colores nacionales salieron de esta liga, que con mucho esfuerzo trata día a día de encontrar la forma de enamorar a los fanáticos y más aún, a los verdaderos actores del espectáculo, los jugadores que el día miércoles lograrán una oportunidad para alcanzar un sueño