BAGDAD (Reuters) – En la sesión del miércoles del juicio contra Sadam Husein, acusado de crímenes contra la humanidad, se escucharon algunas de las declaraciones más fuertes que relacionan al ex presidente y sus colaboradores con supuestas torturas.

| diciembre 21, 2005
Un testigo dijo a la corte que los guardias de Sadam aplicaban descargas eléctricas a los detenidos en la sede del servicio de inteligencia en Bagdad y que calentaban tubos de plástico, dejando que el material derretido cayera sobre los cuerpos de las víctimas.
«Debían sufrir tanto dolor cuando el plástico se solidificaba sobre sus cuerpos», sostuvo el testigo. «Un hombre entraba andando normal y volvía envuelto en una sábana».
Sadam y los otros siete acusados, incluyendo a su ex jefe de inteligencia, Barzan Ibrahim al Tikriti, están acusados del asesinato de 148 personas en la ciudad de mayoría chií de Dujail, al norte de Bagdad, durante la década de 1980.
Los fiscales sostienen que Sadam ordenó la matanza en respuesta a un intento de asesinato que sufrió en esa localidad en 1982.
Los testigos anteriores habían hecho denuncias algo imprecisas sobre las privaciones que sufrieron durante el Gobierno de Sadam, pero el último de ellos, Ali Hasan al Haidari, habló con calma y coherencia y efectuó una acusación específica contra Barzan.
Dijo que Barzan, medio hermano de Sadam, había estado presente en el edificio en el que se practicaron las torturas y le había dado una patada en una oportunidad cuando se encontraba tirado en un pasillo con fiebre.
«Dijo a los guardias: ‘No le den tratamiento, su familia no merece vivir'», sostuvo Haidari. «Sentí dolor durante meses debido a esa patada», agregó.
Barzan perdió la calma en varias ocasiones. Durante seis sesiones judiciales se mostró como el acusado más hablador, eclipsando incluso a Sadam, quien el miércoles parecía subyugado.
En un determinado momento, Barzan defendió a otro de los acusados, el ex vicepresidente iraquí Taha Yasin Ramadan, cuando el testigo le acusó de arrasar unas granjas en Dujail.
«¡Su zapato (de Ramadan) es más honorable que usted y toda su tribu, perro!», gritó Barzan a Haidari.
Los guardias del tribunal abrieron dos veces la puerta del lugar en el que permanecían los acusados como si fueran a retirar a Barzan, pero el juez les ordenó que se detuvieran.
«DÉJENNOS REZAR»
Sadam boicoteó la sesión previa, el 7 de diciembre, después de decir a los jueces que se «vayan al infierno», pero se presentó el miércoles vestido de manera elegante y tomó notas mientras escuchaba en la fuertemente custodiada corte de Bagdad.
En un momento pidió al juez un receso para rezar. «Una nota de Dios», dijo Sadam. «Pasó el tiempo de rezar. Déjennos rezar y continuar».
Cuando el juez se negó, se giró en la silla de cuero negro, miró hacia los testigos y se balanceó levemente en su asiento, aparentemente rezando.
El testimonio de Hadari estuvo entre los más gráficos brindados hasta el momento en el juicio, interrumpido y a menudo caótico, que comenzó el 19 de octubre, pero fue aplazado en tres ocasiones.