«Estamos preparando fármacos para ello. Pero sería ingenuo pensar que ellos van a ser capaces de mantener este tremendo ánimo que nos han mostrado durante este tan largo período de tiempo», agregó.

| agosto 26, 2010
Tras la euforia que siguió a su milagroso hallazgo el domingo y que conmocionó al mundo, socorristas trabajaban aceleradamente en la instalación de una gran máquina que recién el fin de semana comenzaría a perforar un ducto que le permita sacar los mineros que están a 700 metros de profundidad.
"Nosotros anticipamos que después de la euforia producida por el reencuentro, el contacto del día domingo, lo más probable es que nos enfrentemos a un período de depresión, de angustia, de decaimiento, que estamos preparando", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
"Estamos preparando fármacos para ello. Pero sería ingenuo pensar que ellos van a ser capaces de mantener este tremendo ánimo que nos han mostrado durante este tan largo período de tiempo", agregó.
Ante este escenario, las autoridades han montado todo un plan sin precedentes para intentar mantener sanos, bien alimentados y psicológicamente preparados a los trabajadores, en lo que se encamina a ser el mayor rescate en la historia mundial de la minería .
"En esta verdadera epopeya que va a durar del orden de 90 días, en este día hemos dado un paso extraordinariamente sólido, hemos sido capaces de entregar 2.000 centímetros cúbicos de líquido a cada uno, de enviarles medicamentos y una primera fase de realimentación", dijo Mañalich.
Uno de los temas de debate del miércoles era la necesidad de plantear a los mineros los plazos en los cuales serían rescatados, algo que las autoridades ya les están esbozando en comunicaciones entabladas telefónicamente.