Mientras, la Policía Nacional informó sobre la detención de un venezolano, tras ser reportado por una de las encuestadoras de insinuarle que mantuvieran relaciones sexuales, y de un operativo en la localidad del Coco, en el sector oeste de la capital, después de ser asaltadas por delincuentes varias personas encargadas del censo.
| mayo 16, 2010
Alrededor de 125.000 encuestadores se tomaron el país desde tempranas horas de hoy con ese objetivo, aunque en algunos lugares no se contó con los materiales del censo hasta después de casi seis horas de iniciarse el proceso, mientras que en otros hubo escasez de transporte para la movilización del personal.
No obstante, el director del Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de Panamá (CGR), Danis Cedeño, dijo a medios de prensa que se trataron de solucionar los problemas conforme fueron saliendo, principalmente los de la falta de material y de transporte, sobre todo en las áreas apartadas de la ciudad.
Mientras, la Policía Nacional informó sobre la detención de un venezolano, tras ser reportado por una de las encuestadoras de insinuarle que mantuvieran relaciones sexuales, y de un operativo en la localidad del Coco, en el sector oeste de la capital, después de ser asaltadas por delincuentes varias personas encargadas del censo.
También se registraron otros incidentes aislados, como los de varios ciudadanos que salieron a las calles sin haber sido censados, los que fueron llevados a los centros de control para ser encuestados y luego sancionados.
Pero también hubo tropiezos de otro tipo, como le aconteció a la encuestadora Silvana Rivera, en el sector de Parque Lefevre de esta ciudad.
"Llegué a una casa donde sus seis ocupantes de diferentes edades, eran todos de origen asiático y donde el mayor de ellos, un señor de 45 años, tuvo que contestar todas las preguntas porque los demás no me entendían", refirió Rivera a Efe.
Pero al margen de estas situaciones, también hay mucha expectativa después de cumplirse con estos censos por parte de quienes son considerados los sectores más marginados del país: los negros y los indígenas.
Roger Brown, cuyos bisabuelos llegaron de Jamaica para la construcción del Canal de Panamá en 1904, dijo a Efe que espera que al cumplirse con el censo, el Gobierno les ayude de alguna forma a salir de la pobreza.
Brown, de 65 años, que vive con su esposa y dos hijos casados que comparten la misma casa en la localidad de Río Abajo, señaló estar en edad de jubilación, pero no pudo pagar sus cuotas a la Caja de Seguro Social, por no tener un trabajo permanente, dedicándose a la jardinería y a vendedor ambulante en las calles.
Por su parte, Mario Montezuma, un indígena de la etnia kuna que vive en el sector de Parque Lefevre, dijo a Efe que está orgulloso de ser descendiente de los nativos panameños, y eso fue lo que señaló cuando se le preguntó por sus orígenes.
"Los indígenas hemos sido los primeros conquistadores de las tierras panameñas, por eso el Gobierno debe darnos más facilidades para mejorar nuestra calidad de vida", afirmó Montezuma, de 45 años de edad y que dejó la comarca hace treinta años para buscar en la ciudad un trabajo y así sacar adelante su familia.
El censo de 2010 tuvo una característica diferente a los celebrados en años anteriores al incluirse preguntas con respecto a los descendientes indígenas y de negros, con el objeto de realizar posteriormente un diagnóstico sobre la situación de esta población en Panamá, según un mandato recibido.
La Contraloría espera que unas 3,5 millones de personas se hayan empadronado en 164 regiones censales a nivel nacional y para ello utilizaron los servicios de 125.000 encuestadores que determinen cuál es la población del país diez años después de que ésta era de 2,8 millones de habitantes.
En el último censo de este tipo en el 2000, la población registrada fue de 2.839.177 personas y había 681.799 viviendas ocupadas.
Los resultados definitivos del censo de hoy, que contiene 32 preguntas de población y otras 24 de vivienda, se conocerán cinco días después de esta encuesta.