El presidente afgano ha criticado a Pakistán acusándole ejercer de santuario de los terroristas. Pero al mismo tiempo ha tendido una vez más la mano a los talibanes. Abdulá Abdulá, líder del principal partido de la oposición afgana también ha destacado que la muerte del terrorista de origen saudí «mejorará la situación de seguridad en el país ya que los talibanes tendrán más dificultades para recibir apoyo desde Pakistán».
| mayo 2, 2011
Los servicios de inteligencia estadounidenses de Camp Stone, la base militar situada en los alrededores del aeropuerto de Herat, en la que se encuentran desplegados 500 soldados del contingente españoles, decretaron la máxima alerta el sábado, cuarenta y ocho horas antes de que se produjera la muerte en Pakistán de Osama Bin Laden. Los controles de seguridad se han multiplicado en Camp Stone en la que también hay soldados italianos, eslovenos y estadounidenses, además de los españoles.
El aparcamiento utilizado por los trabajadores afganos ha sido desplazado unos centenares de metros de su lugar habitual y se han fortalecido los controles individuales. Militares afganos controlan los accesos al aeropuerto de Herat. La muerte de Osama Bin Laden en la localidad pakistaní de Abottabad tendrá consecuencias inminentes sobre Afganistán, el país donde el líder terrorista se ocultó durante años bajo la protección de los talibanes.
Los talibanes ya habían anunciado una ofensiva general en todo el país el pasado sábado. En los últimos meses han demostrado en distintas ocasiones su capacidad para infiltrarse en las unidades militares y policiales afganas para realizar sus atentados suicidas. En algunos casos miembros de sus células durmientes han atacado a soldados de la coalición militar internacional después de meses y años de trabajar en labores de traducción o logística. Un portavoz militar español ya comunicó el sábado a este enviado especial que "los acuartelamientos españoles de las provincias de Herat y Bagdis estaban en máxima alerta".
El presidente afgano, Hamid Karzai, se ha mostrado satisfecho por la muerte del terrorista Osama Ben Laden y ha recordado que el terrorista se encontraba en una ciudad pakistaní cercana a la capital Islamabad. Karzai ha hecho estas declaraciones durante una conferencia en Kabul sobre desarrollo comunitario que han sido retransmitidas en directo por las principales canales de televisión en Afganistán. Karzai ha pedido a su guardaespaldas que se separasen de él y que se sentasen entre ell público. "Ya no hace falta tanta seguridad", ha afirmado como si la muerte de Bin Laden redujesen los riesgos en este país.
El presidente afgano ha criticado a Pakistán acusándole ejercer de santuario de los terroristas. Pero al mismo tiempo ha tendido una vez más la mano a los talibanes. Abdulá Abdulá, líder del principal partido de la oposición afgana también ha destacado que la muerte del terrorista de origen saudí "mejorará la situación de seguridad en el país ya que los talibanes tendrán más dificultades para recibir apoyo desde Pakistán". Pero es difícil ser tan optimista cuando hace cuarenta ocho horas los talibanes anunciaron una gran ofensiva en todo el país y advirtieron que su principal objetivo serán las tropas internacionales, los miembros del Gobierno y Parlamento afganos y las empresas que tienen relación con las fuerzas internacionales.