El debut del fallecido Hugo Chávez en Twitter marcó un punto muy alto para el resto de mandatarios de la región.
| marzo 5, 2014
Sólo lo superaba Barack Obama, como el presidente con más seguidores en el mundo, pero con su muerte, sus trinos se volvieron el caballo de batalla de quienes, con menos creatividad y más necesidad, buscaban llenar los enormes zapatos del gran líder y enviar a los millones de usuarios el mensaje directo de que el chavismo seguía vivo.
El sucesor, Nicolás Maduro, se unió a la red social y en poco tiempo fue ganando un espacio, creó un ministerio para las redes sociales, ordenó que todos sus ministros tuvieran Twitter y que los chavistas de corazón lo usaran para “difundir la verdad sobre Venezuela”, muy a su estilo de creer que la felicidad, la seguridad, la paz y en este caso la verdad pueden llegar por decreto.
Pero el uso de las redes sociales no se reduce a los chavistas, abarcar al venezolano de a pie, que en su esencia, y tal vez por la polarización que vive hace más de una década, es político por naturaleza y encontró un terreno libre de la censura oficial para hacer sentir su voz, primero a través de Facebook en donde casi 11 millones de personas que corresponden a un 37% de la población tiene una cuenta activa, seguida por Twitter en donde la cifra es de 23%.
Tras la muerte de Chávez, cuyo último trino fue el 18 de febrero del 2013 y en el que exprimía las leves esperanzas de seguir con vida: “Sigo aferrado a Cristo y confiado en mis médicos y enfermeras” y dejaba para la posteridad su lema: “Hasta la victoria siempre!! Viviremos y venceremos!!!”, las redes sociales dejaron de ser una arena netamente política y se convirtieron en un campo de batalla y en un vehículo de denuncia ante el mundo, en donde sin necesidad de decreto, los venezolanos publicaron sus fotos, sus videos caseros y dejaron muy claro que la violencia no se acaba con amenazas, ni con conferencias de paz, que si los medios tienen prohibido publicar imágenes violentas, el pueblo no, y que quienes morían en las calles reclamaban algo más que “Patria segura”.
Las redes sociales durante la era de Nicolás Maduro se han vuelto en un hervidero de videos que se burlan de sus embarradas, de canciones que le recuerdan que Chávez sólo trina en su imaginación, que S.O.S Venezuela es algo más que el voseo argentino, y que sin asomo de miedo y con una creatividad que desafía la verdad oficial, contrastan al sucesor con el fundador y respaldan la premisa que “todo tiempo pasado fue mejor”, incluso los opositores más acérrimos del mítico Chávez lo extrañan y saben que durante sus 14 años de gobierno la gente pudo ir al Palacio de Miraflores a gritarle su inconformidad.
El sucesor, Nicolás Maduro, se unió a la red social y en poco tiempo fue ganando un espacio, creó un ministerio para las redes sociales, ordenó que todos sus ministros tuvieran Twitter y que los chavistas de corazón lo usaran para “difundir la verdad sobre Venezuela”, muy a su estilo de creer que la felicidad, la seguridad, la paz y en este caso la verdad pueden llegar por decreto.
Pero el uso de las redes sociales no se reduce a los chavistas, abarcar al venezolano de a pie, que en su esencia, y tal vez por la polarización que vive hace más de una década, es político por naturaleza y encontró un terreno libre de la censura oficial para hacer sentir su voz, primero a través de Facebook en donde casi 11 millones de personas que corresponden a un 37% de la población tiene una cuenta activa, seguida por Twitter en donde la cifra es de 23%.
Tras la muerte de Chávez, cuyo último trino fue el 18 de febrero del 2013 y en el que exprimía las leves esperanzas de seguir con vida: “Sigo aferrado a Cristo y confiado en mis médicos y enfermeras” y dejaba para la posteridad su lema: “Hasta la victoria siempre!! Viviremos y venceremos!!!”, las redes sociales dejaron de ser una arena netamente política y se convirtieron en un campo de batalla y en un vehículo de denuncia ante el mundo, en donde sin necesidad de decreto, los venezolanos publicaron sus fotos, sus videos caseros y dejaron muy claro que la violencia no se acaba con amenazas, ni con conferencias de paz, que si los medios tienen prohibido publicar imágenes violentas, el pueblo no, y que quienes morían en las calles reclamaban algo más que “Patria segura”.
Las redes sociales durante la era de Nicolás Maduro se han vuelto en un hervidero de videos que se burlan de sus embarradas, de canciones que le recuerdan que Chávez sólo trina en su imaginación, que S.O.S Venezuela es algo más que el voseo argentino, y que sin asomo de miedo y con una creatividad que desafía la verdad oficial, contrastan al sucesor con el fundador y respaldan la premisa que “todo tiempo pasado fue mejor”, incluso los opositores más acérrimos del mítico Chávez lo extrañan y saben que durante sus 14 años de gobierno la gente pudo ir al Palacio de Miraflores a gritarle su inconformidad.