Las computadoras zombis que se niegan a morir


A pesar de los esfuerzos para erradicar sus actividades, algunos ciberdelincuentes continúan regresando una y otra vez a causar aún más problemas con las botnet. Conózcalas.


Noticia Radio Panamá | Las computadoras zombis que se niegan a morir

Sara Gonzalez | septiembre 15, 2022


 Por lo general, cuando se detiene a los delincuentes cibernéticos se pone fin a su negocio basado en correos maliciosos, virus y datos robados. Cuando caen, caen.

Sin embargo, en algunas partes del mundo de los delitos cibernéticos son mucho más difíciles de erradicar. Al igual que los zombis no saben que se supone que están muertos, y continúan regresando una y otra vez a causar aún más problemas.

Esta capacidad similar a la de los zombis la muestran en particular, las botnets, redes de computadoras infectadas por algún tipo de código malicioso, a pesar de un importante número de victorias en contra de estas redes de delincuencia en el último año.
En 2013, grandes botnets bautizadas como Ciudadela, ZeroAccess, Kelihos, Zeus, 3322, Virut, SpyEye, Bamital y Cutwail fueron desmanteladas por los "chicos buenos". Muchas otras redes más pequeñas también sufrieron importantes daños, gracias a los esfuerzos de los investigadores de seguridad y las fuerzas policiales.

Las botnets se han convertido en la herramienta estándar de los criminales de alta tecnología. Sus controladores saquean las máquinas comprometidas para conseguir datos vendibles, y las utilizan como plataformas de lanzamiento para el spam y ataques de suplantación (phishing), o para atacar sitios web con grandes cantidades de datos.

Algunas de las botnets más grandes se componen de millones de máquinas y las estimaciones sugieren que entre un 5% y un 10% de los ordenadores domésticos están inscritos en estas redes criminales.

Por lo tanto, suprimir estas redes debería ser una buena cosa.

No tan rápido, dice el profesor Michel van Eeten de la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos, que estudia las botnets y cómo manejarlas.

"El problema de las botnets ‘muertos vivientes’ es bien conocida", dice.

"Hay una variedad de maneras en que los esfuerzos para hacerlas desaparecer dejan residuos que continúan ahí y potencialmente pueden ser reactivadas".

Uno de los ejemplos más famosos es la botnet Conficker, que se encontraba en su punto más descontrolado en 2008.

Sin embargo todavía se conocen millones de máquinas infectadas por el software malicioso que las inscribió en esta red.

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