La lomita del Yankee Stadium es el mejor lugar para reconocer a Mariano Rivera


La decisión estará en manos de Terry Francona


Noticia Radio Panamá | La lomita del Yankee Stadium es el mejor lugar para reconocer a Mariano Rivera

| julio 8, 2008


La lomita del Yankee Stadium es el mejor lugar para reconocer a Mariano Rivera


No. La verdadera manera de conmemorar al Yankee Stadium en lo que podría llegar a ser el último gran evento de su historia es dejar que Rivera comience el partido como lanzador titular: permitirle sumergirse en la sonora ovación que lo recibirá, y dejarle saber lo que se siente tener un millón de flashes de cámaras en su rostro al lanzar esa primera curva al plato.


¿Poco convencional? Sería algo casi surrealista. Pero Rivera mismo dijo que «estoy seguro de que a los fanáticos les encantaría. Se volverían locos».


La teoría detrás de esta herejía es más o menos esta: el Juego de Estrellas 2008 no será el típico Clásico de Verano. La verdadera razón por la cual será escenificado en el Bronx es para darle una despedida oficial al Yankee Stadium, que será reemplazado por una nueva estructura en el 2009. Todos los fantasmas se están yendo al otro lado de la calle: Ruth, Gehrig, DiMaggio y Mantle, entre otros. Los boletos para este evento le dan un nuevo significado al término «agotados». Algunos asientos están siendo vendidos por casi $10.000 cada uno en eBay.


Esto es la Yankee-manía en su punto más alto (o más bajo). De cualquier modo, los protocolos usuales no se aplican: los Juegos de las Estrellas se le otorgan generalmente a estadios nuevos, y no a aquellos que están a punto de caer bajo la bola de demolición. Entonces, si la celebración será el tema principal este 15 de julio, ¿por qué no honrar la memoria del Yankee más dominante de la última década?


Derek Jeter ha sido el equivalente de Microsoft en mercadeo, pero en el campo de juego Rivera ha sido el que ha marcado la diferencia para los Mulos. Jeter mismo ha dicho que «Mo es el que merece toda la atención. No importa si hace el primer lanzamiento o el último, eso no me corresponde. Pero de un modo u otro, todos los ojos van a estar puestos sobre él. Así es como debe ser».


La decisión estará en manos de Terry Francona, y hay por lo menos un Yankee más que piensa que el piloto de los Medias Rojas tiene la mente lo suficientemente abierta como para al menos considerar esa propuesta.


«No creo que sea una locura», dijo Johnny Damon. «Apuesto a que Terry [Francona] lo haría. Si alguien lo haría, sería él. El tipo es extraordinario».


Si Francona pudiese siquiera considerar darle la bola a Rivera en lugar de, digamos, C.C. Sabathia, sería un gesto de respeto a los Yankees, y un reconocimiento al mejoramiento de las relaciones entre ambas franquicias. A pesar de su incansable lucha en el Este de la Liga Americana, la hostilidad en el corredor noreste se ha disminuido claramente en los dos últimos años. Quizás el dominio de los Medias Rojas ha aquietado las aguas. Quizás los Yankees ya no son la misma amenaza que representaban en la era de Joe Torre. Quizás todos están sufriendo la fatiga de la batalla.


Eso puede explicar por qué Brian Cashman y Theo Epstein, teóricamente archienemigos, aparecieron juntos en un seminario en el Museo Yogi Berra este pasado invierno. Y es valioso notar que Alex Rodriguez, quizás el Yankee más odiado en Nueva Inglaterra (después de Jeter), felicitó públicamente a Manny Ramírez por su 500º jonrón. Hasta Hank Steinbrenner, quien criticó el concepto de Nación Medias Rojas como una creación de ESPN, en última instancia admitió que los Medias Rojas no son el enemigo después de todo.


«Tenemos mucho en común», le dijo Steinbrenner a un grupo de reporteros en marzo pasado. «Los dueños de los Medias Rojas y los de los Yankees tienen mucho en común y muchos intereses comunes también. Uno nunca sabe, quizás terminemos siendo socios en negocios ajenos al béisbol».


Entonces, ¿qué detendría a Francona para que no tome una decisión histórica de ese calibre? Razones políticas, por ejemplo. Los Yankees no tienen interés alguno en ver a Rivera lanzando como titular en el Juego de las Estrellas. Cashman ha dicho que «para serles honestos, pedirle a Mariano que sea el lanzador inicial sería como pedirle a Alex (Rodríguez) que juegue en el jardín central. No me gusta».


Pero Rivera podría lanzar durante solamente una entrada: esa sería la cláusula. Una entrada, y así podrá pararse en la lomita y dejar que la ovación lo cubra como una llovizna fina. Sería un recordatorio de los buenos tiempos en el Bronx, en los días en los que los Yankees realmente dominaban el mundo. Y técnicamente no sería una asignación completamente ajena a los hábitos de Rivera. Él comenzó su carrera en el club como lanzador titular.


El problema de realmente encontrar un taponero es igual de simple. Podría ser cualquiera, y todos a la vez. Francona sin duda elegiría a su propio jugador, Jonathan Papelbon, si es que esto implica que los tres outs finales no significan nada, dependiendo de las anotaciones.


Sin embargo, éste es un riesgo que Rivera no necesita correr. Ha pensado mucho en la idea de ser lanzador titular, antes de decidir que prefiere ser cerrador.


«El partido tiene significado, tenemos que ganar (para obtener ventaja de locales en la Serie Mundial), dijo. «Yo saldría a hacer esto por mi equipo, no solamente por la liga».


Rivera pausó y consideró el concepto desde afuera (claro, desde afuera de su mente) una vez más.


¿Ser titular? ¿Luego de 811 apariciones consecutivas como relevista?


«Interesante», dijo Rivera, lo cual se asemeja a la manera en la cual la gente civilizada intenta decir «no te ilusiones demasiado».

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