PRISTINA, Kosovo (AP) – Los líderes de Kosovo enviaron el lunes cartas a 192 países en busca de que respalden su independencia.
| febrero 18, 2008
La primera respuesta no se hizo esperar y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reconoció la independencia de Kosovo, y dijo que «los kosovares son ahora independientes».
Un día después que los líderes de la etnia albanesa declararon su independencia de Serbia, las tensiones se incrementaron en el norte, donde vive la mayor parte de la minoría serbia.
Una explosión dañó un vehículo de las Naciones Unidas en las afueras de la población de Kosovska Mitrovica, un área étnicamente dividida donde miles de serbios realizaban una protesta a los gritos de «¡esto es Serbia!».
La multitud marchó hacia un puente que pasa por un río que divide a la población en dos: el área de los albaneses y la zona de los serbios. Debieron enfrentar a los soldados de paz de la OTAN que custodiaban el puente, pero no se registraron hechos de violencia.
Otros 800 serbios realizaron una ruidosa manifestación en Gracanica, un enclave controlado por los serbios en las afueras de Pristina. Los manifestantes agitaban banderas serbias y entonaban canciones patrióticas.
«Nuestra obligación es permanecer en nuestras casas y vivir como si nada hubiera sucedido ayer», expresó el manifestante Goran Arsic.
El presidente Fatmir Sejdiu restó importancia a los temores de disturbios y dijo que el gobierno necesitaba forjar una nación democrática.
«Hoy será un gran día porque hay muchas cosas que necesitamos comenzar y finalizar», sostuvo Sejdiu. «Necesitamos trabajo continuo y compromiso, y estamos totalmente dedicados a cumplir las promesas por el bien de nuestro estado».
Las naciones de la Unión Europea, en tanto, permanecían divididas y no se ponían de acuerdo en reconocer o no la independencia de Kosovo, mientras sus ministros de Relaciones Exteriores estaban reunidos en Bruselas, Bélgica, intentando llegar a una posición común.
Gran Bretaña, Francia, Alemania e Irlanda indicaron que avalarán el reconocimiento. Pero España, que ha enfrentado a su propio movimientos separatista en la región vasca, consideró que la declaración de Kosovo era ilegal.
El ministro de Relaciones Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, dijo que su gobierno no reconocerá la proclamación unilateral de independencia que realizó el domingo el parlamento kosovar.
El domingo, los legisladores de Kosovo consiguieron lo que no logró una guerra separatista sangrienta librada entre 1998 y 1999 con las fuerzas serbias: declararon a la provincia como la República de Kosovo y prometieron que será un «estado multiétnico y democrático».
Miles de albano-kosovares salieron a festejar a las calles durante la noche, agitando banderas albanas rojinegras y bailando al compás de los fuegos artificiales.
Kosovo había permanecido formalmente como parte de Serbia, aunque era administrada por la ONU y la OTAN desde 1999, cuando los bombardeos de la alianza del norte terminaron con la represión a los separatistas albaneses dispuesta por el por entonces líder yugoslavo Slobodan Milosevic, que mató a 10.000 personas.
El 90% de los dos millones de habitantes de Kosovo son de la etnia albana, la mayoría de ellos musulmanes seculares que no encuentran razones para permanecer unidos al resto de Serbia, de mayoría cristiana ortodoxa.
Entre las cartas enviadas, había una para Serbia, pero el gobierno de Belgrado dejó en claro que jamás aceptará la independencia de Kosovo.