Japón y Cuba, campeón y subcampeón hace tres años, se unen desde mañana a otros seis equipos para disputar la segunda ronda del Clásico Mundial de béisbol, que tendrá por sedes a las ciudades de San Diego, California y Miami, Florida.
| marzo 13, 2009
Japoneses y cubanos se las verán con Corea del Sur y México, los otros integrantes del Grupo 1, etapa que como la anterior tendrá idéntico formato de doble eliminación. Para cubanos y mexicanos es una gran oportunidad de mostrar el actual nivel de sus jugadores frente a los beisbolistas asiáticos, reconocidos por su disciplina de juego, mejorada ofensiva, profundo pitcheo y excelente defensa.
Esa «fórmula asiática» de exhaustiva preparación, entrega total y amor por el uniforme se traduce en la corona de la primera versión del Clásico en 2006 y el título de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 por parte de Corea del Sur, en ambos casos frente a Cuba.
México se apoyará nuevamente en la ofensiva de los guardabosques Karim Garcia, Scott Hairston y el antesalista Jorge Cantú, así como en los lanzadores Elmer Dessen y Jorge Campillo, los más sobresalientes en la primera etapa.
«Somos un equipo de mucho poder y tenemos con qué llegar a las finales», dijo emocionado Cantú, de los Florida Marlins. «No hay que agachar la cabeza, pues esto no se acaba hasta que se acaba».
Cuba tendrá en el ambidextro Frederick Cepeda, el prometedor Yoennis Céspedes y antesalista-designado Michel Enríquez a sus tres bateadores más estables, mientras el veterano Norge Luis Vera y el veloz zurdo Aroldis Chapman, de buen rendimiento en México, cargarán con la responsabilidad de iniciar los choques. «Vamos a jugar con respeto por el rival, pero con la clara intención de ganar y avanzar a la siguiente etapa», señaló Vélez. «La anterior etapa fue de mucha rivalidad y confiamos que nuestro equipo se comporte al mismo nivel en San Diego».
Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos conforman el grupo de favoritos para las dos plazas semifinalistas que emergerán en el Dolphin Stadium de Miami, aunque Holanda se ganó el boleto con par de victorias sobre el poderoso plantel de República Dominicana, a la postre la gran decepción del torneo.
Los dominicanos tuvieron bateo colectivo de 221, resultado de 23 indiscutibles en 104 turnos al bate, décimo entre los 16 participantes del certamen. En tres partidos dejaron 29 corredores en posición anotadora, 25 de ellos ante Holanda, encuentros que finalizaron 3-2 y 2-1, este último en 11 entradas.
Individualmente, Willy Aybar fue el mejor al bate con 500 (4 en ocho), al tiempo que David «Big Papi» Ortiz (250), Miguel Tejada (273), Nelson Cruz (273) y José Guillén (085) dejaron insatisfechos a la dirección del equipo y los millones de seguidores de la disciplina en la isla caribeña.
«Cuando uno cree que lo ha visto todo en este juego, se da cuenta que está equivocado», dijo Felipe Alou, el manager de la poderosa escuadra dominicana. «Hemos visto ocurrir algo que jamás imaginábamos», añadió con frustración.
Puerto Rico desplegó el rendimiento más convincente con triunfos ante Panamá (7-0) y Holanda (3-1 y 5-0). En total, lo lanzadores boricuas sólo permitieron una carrera en los tres juegos.
Carlos Delgado (Mets de Nueva York) bateó para promedio de 833 (5 en 6) con un jonrón, tres anotadas y cinco boletos. También sobresalieron el patrullero Jesús Feliciano (571) y el receptor Iván Rodríguez (545) con dos cuadrangulares y cinco impulsadas.
Venezuela ratificó sus intenciones de luchar por el principal trofeo, aunque tendrá que desplegar todo su poderío para derrotar a sus adversarios de Miami, ya que carecen de los servicios de los lanzadores Johan Santana (Mets) y Carlos Zambrano (Cachorros de Chicago), dos superastros de Grandes Ligas.
José López (700), Endy Chávez (600), Bobby Abréu (357) y Melvin Mora (357) tendrán nuevamente la mayor responsabilidad con el madero, al tiempo que Enrique González, Félix Hernández, Carlos Silva, Armando Galárraga y Francisco Rodríguez serán los artífices de frenar el ataque de los rivales.
Dos boletos concede cada grupo para viajar al Dodger Stadium de Los Angeles, California, donde se celebrarán la semifinal y final del 21 al 23 de marzo.