Los planes también incluyen la futura construcción en una zona estratégica de Cisjordania, donde los críticos han advertido que asentamientos judíos podrían aniquilar cualquier esperanza de un Estado palestino viable.
| diciembre 1, 2012
Los planes también incluyen la futura construcción en una zona estratégica de Cisjordania, donde los críticos han advertido que asentamientos judíos podrían aniquilar cualquier esperanza de un Estado palestino viable.
Las acciones israelíes sirven como un duro recordatorio a los palestinos -eufóricos por el reconocimiento de la ONU-, que, a pesar de que ahora tienen un estado en el papel, la mayoría de él sigue en buena medida bajo el control israelí.
"Este es un escenario fatal", dijo respecto a los planes de la construcción Daniel Seidemann, de Ir Amim, un grupo que promueve la convivencia en Jerusalén.
La decisión de Israel estaba destinada a avergonzar a Estados Unidos, uno de apenas nueve países en la Asamblea General, con 193 miembros, que votó en contra de aceptar a Palestina como un Estado observador no miembro.
La apresurada construcción de asentamientos también podría sentar un tono más beligerante mientras que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, sopesa sus próximas acciones.
En Washington, Victoria Nuland, vocera del Departamento de Estado, criticó el anuncio israelí. "Estas acciones son contraproducentes y dificultan la reanudación de las negociaciones directas o la consecución de una solución de dos estados", dijo.
La decisión del viernes fue tomada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y ocho ministros del gabinete, según Ynet, página web israelí de noticias.
Los planes incluyen 3.000 nuevos departamentos en Cisjordania y Jerusalén oriental, así como los preparativos para nuevas construcciones en otros grandes asentamientos de Cisjordania, incluyendo Maaleh Adumim, cerca de Jerusalén oriental, dijo un funcionario del gobierno israelí.
Entre los proyectos destaca una expansión de Maaleh Adumim, conocido como E-1, dijo el funcionario, que habló bajo condición de guardar el anonimato ya que no estaba autorizado a discutir la decisión con periodistas.
Sucesivos gobiernos estadounidenses han presionado a Israel para que no construya en E-1, ya que separaría de manera efectiva a Jerusalén oriental de Cisjordania, y dividiría la parte norte y la parte sur del territorio. Israel ha dicho en el pasado que planea 3.500 apartamentos en ese sitio.
"E-1 será la muerte de una solución de dos estados", dijo Seidemann, en referencia a la creación de un Estado palestino junto a Israel. "Si las declaraciones se toman en serio, estamos a meses de la implementación de E-1. Esto es muy serio y problemático".
La ex ministra de Relaciones Exteriores de Israel y principal negociadora con los palestinos, Tzipi Livni, advirtió que "la decisión de construir miles de viviendas como castigo a los palestinos, sólo castiga a Israel … (y) sólo aísla más a Israel".
Desde 1967, el número de israelíes viviendo en los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén oriental se ha incrementado a medio millón, en comparación con los 2,7 millones de palestinos que viven en esas zonas, y el que sigan construyendo en la zona hace que la partición de la tierra sea cada vez más improbable.
El nuevo estatus de Estado observador de la ONU podría permitir a los palestinos a buscar posibles cargos de crímenes de guerra en contra de Israel en la Corte Penal Internacional debido a la construcción de asentamientos en tierras ganadas mediante la guerra.
En su discurso del jueves ante la ONU, Abbas dijo que coordinaría con países afines y actuaría con responsabilidad, lo que sugiere que no buscaría confrontar a Israel.
"Es nuestro derecho obtener la membresía de la CPI (Corte Penal Internacional), pero no quiero acudir a eso ahora", dijo el viernes Abbas ante la prensa en Nueva York, antes de que se conociera la decisión de Israel sobre los nuevos asentamientos. "No acudiremos (a ese recurso) a menos que nos ataquen".
Israel objetó fuertemente el resultado de la votación de Naciones Unidas con el argumento de que la paz sólo podría darse en negociaciones directas y las decisiones unilaterales afectarían esa posibilidad. Las autoridades palestinas, por su parte, señalaron que el reconocimiento de Naciones Unidas de un Estado palestino en los territorios tomados por Israel en la Guerra de 1967 fue un intento por rescatar un posible acuerdo de paz.
Abbas se ha negado a negociar con Israel mientras la construcción de asentamientos continúe en territorios ocupados, y sostiene que la expansión de asentamientos israelíes en territorio obtenido mediante la guerra hace cada vez más difícil un acuerdo de partición.