Eurocontrol reconoce que podría afectar al tráfico aéreo pero reitera que la UE está «más preparada» que en 2010.
| agosto 24, 2014
Según explica la propia agencia de meteorología islandesa en su página web, ya se habría producido una primera ‘pequeña’ erupción de lava bajo una capa de hielo de entre 150 y 400 metros, si bien los rádares y cámaras desplegadas en la zona aún no aprecian cambios en la superficie del volcán. Si finalmente se produjese la emisión de ceniza a la atmósfera, el centro de aviso (VAAC, por sus siglas en inglés) de Eurocontrol en Londres informaría cada seis horas a las autoridades de aviación civil sobre el pronóstico de emisión —bajo, medio o alto—.
“Aunque el volcán emitiese cenizas, el cierre del espacio aéreo no sería inmediato”, señalaba el viernes un responsable de Eurocontrol. En los últimos cuatro años, la organización comunitaria ha cambiado los protocolos de actuación y ha otorgado más poder de decisión a las aerolíneas sobre la conveniencia o no de volar en un caso como éste. “Según nuestra información, la mayoría de autoridades a aviación civil de los Estados miembros dejarían la última palabra a las líneas aéreas, que aplicarían sus propios protocolos de seguridad”, añade un técnico del organismo. Estos cambios deberían traducirse en menos cancelaciones que las ocasionadas por el Eyjafjalla. ‘Siempre, garantizando la seguridad de los pasajeros’, subraya. Tras el episodio de 2010, voces autorizadas del sector criticaron el cierre del espacio aéreo decretado en casi toda la UE.
El volcán Bardarbunga, de poco más de 2.000 metros de altura, es la segunda cumbre más alta de Islandia y forma parte de un gran sistema volcánico situado debajo de un glaciar. En la región en la que se encuentra, en el centro del país y a algo menos de 300 kilómetros de la capital, Reykjavik, no hay residentes permanentes. Sin embargo, para minimizar el riesgo de daños personales entre los turistas que visitan la zona, el Gobierno ordenó su evacuación el pasado miércoles