La situación es más grave en las selváticas regiones norteñas del país, Petén y Alta Verapaz.

| octubre 4, 2011
Pero en estos días los refugiados huyen de otro tipo de conflicto: la ocupación de grandes partes de Guatemala por parte de narcotraficantes.
Los cárteles mexicanos, asociados con pandillas locales, controlan cerca del 40 por ciento del territorio de Guatemala, según expertos militares estadounidenses, lo que representa un importante reto tanto para el nuevo presidente que será electo en noviembre, así como para México y Estados Unidos.
Los dos candidatos favoritos de cara a la elección, un ex general y un diputado, han dicho que reforzarán a las fuerzas de seguridad para retomar el control del territorio, aunque algunos temen que el problema ya esté fuera de control.
"Estos espacios abandonados por el Estado, donde no hay servicios públicos, están siendo tomados por los capos", dijo Francisco Dall’Anese, jefe del CICIG, un organismo de Naciones Unidas sobre la corrupción en Guatemala.
La situación es más grave en las selváticas regiones norteñas del país, Petén y Alta Verapaz. En mayo, el cártel mexicano de los Zetas decapitó a 27 agricultores en un rancho de Petén, en medio de una disputa con el propietario.
"Las víctimas de la masacre eran campesinos pobres que no tenían nada que ver con los hechos", dijo a Reuters una fuente cercana a la investigación.
No se conocen más detalles del caso dado que el fiscal encargado del mismo fue asesinado y su cuerpo descuartizado y arrojado en un lugar público.
El Gobierno impuso un estado de sitio en Petén y Alta Verapaz este año, lo que implicó la suspensión de derechos como el de reunión. Fue aplicado un toque de queda, mientras el Ejército realizaba operativos contra los narcos.
Las restricciones más fuertes fueron levantadas posteriormente, pero los soldados siguen patrullando ambas regiones.
SERIA AMENAZA
Los cárteles han invertido en construir carreteras, puentes y pistas de aterrizaje aquí y en otras regiones aisladas de Centroamérica, por donde pasa el 95 por ciento de la cocaína sudamericana en ruta hacia México y luego a Estados Unidos.
En mayo arrojaron panfletos en Cobán y enviaron mensajes telefónicos alertando a los residentes a que no acudieran a algunos eventos públicos, dijo Rudy Ortiz, el comandante militar de la región.
Los militares dicen que actualmente están en inferioridad de condiciones frente a los cárteles luego de que los acuerdos de paz de 1996 redujeron sus fuerzas, y Ortiz comentó que su trabajo es aún más difícil dado que los Zetas atraen a ex compañeros de armas.
Los Zetas fueron formados por desertores de una unidad élite del ejército mexicano y buscan reclutar a otros militares.
Muchos guatemaltecos quieren que se endurezcan las políticas en contra de los criminales.
El candidato que lidera las preferencias de cara a la elección de noviembre es el general retirado Otto Pérez, quien encabezó las unidades de inteligencia militares de Guatemala. Su lema es "mano dura" y propone aumentar el Ejército.
"Tenemos 962 kilómetros de frontera con México que tiene una gran porosidad, que es donde entran las armas, los dólares y sale el narcotráfico (…), por eso yo hablaba de 2,500 efectivos más", dijo Pérez antes de la primera vuelta electoral del mes pasado, donde obtuvo el 36 por ciento de los votos.
Su principal rival, Manuel Baldizón, es de Petén, y quiere crear una nueva Guardia Nacional.
México ya ha desplegado a militares para enfrentar a los cárteles del narcotráfico.
Pero esa estrategia ha sido puesta en duda luego de que la violencia del narcotráfico ha dejado más de 42,000 muertos en México en los últimos cinco años. Y un Estado débil, como el de Guatemala, podría enfrentar aún más problemas.
"En crisis, los políticos recurren a soluciones que suenan duras, pero que al final resultan poco efectivas", opinó Eric Olson, del Woodrow Wilson Center de Washington. "La situación en Guatemala es mucho peor que la de México en casi todos los aspectos", agregó.