El Pontífice preside en la plaza de San Pedro la canonización de Karol Wojtila y Angelo Giuseppe Roncalli ante 800.000 personas

| abril 27, 2014
Bergoglio, que en esta ocasión no añadió frases improvisadas a su homilía, trazó un perfil conjunto de los nuevos papas santos: “Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia [término griego que significa libertad] del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia”.
La proclamación se produjo al inicio de la ceremonia. El cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, presentó ante el papa Francisco las tres peticiones de la doble canonización tal como dicta el ritual: primero con “gran fuerza”, a continuación con “mayor fuerza” y, finalmente, con “grandísima fuerza”. Como respuesta, el Papa pronunció la fórmula: “En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchado el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II”.