«La gran amenaza del plan de Dios, es la mentira», ha asegurado Francisco en Filipinas

| enero 18, 2015
Antes de subir al escenario, el pontífice se desplazó entre los asistentes en un flamante papamóvil de diseño filipino, similar al tradicional 'jeepney', un particular vehículo colorido utilizado en el transporte público que se ha convertido a lo largo de los años en una seña de identidad del país.
Durante la ceremonia, el pontífice criticó "los placeres efímeros" y la fascinación de "querer ser moderno como todo el mundo". "La gran amenaza del plan de Dios, dice la Biblia es la mentira", aseguró el papa, quien agregó que "el diablo es el padre de la mentira y esconde sus engaños bajo la apariencia de la sofisticación y de la fascinación por ser moderno como todo el mundo" Según el pontífice argentino, el diablo "distrae con el señuelo de placeres efímeros, de pasatiempos superficiales". "Malgastamos los dones que Dios nos ha dado jugando con artilugios triviales, malgastamos nuestro dinero en el juego y la bebida, nos encerramos en nosotros mismos y no nos centramos en las cosas que realmente importan", aseveró. Además, Francisco ha resaltado el papel de la mujer en la sociedad, indicando que "las mujeres tienen mucho que decir". "Muchas veces somos machistas, pero una mujer es capaz de ver las cosas con otros ojos, con una mirada diferente", ha afirmado
Antes de la misa, el Pontífice ha improvisado gran parte de su discurso en una universidad de Manila para responder las dudas que ha planteado Jun, una niña que ha vivido en las calles de Filipinas y que ha preguntado por qué Dios "lo permite" y "sólo unas pocas personas ayudan". "Cuando el corazón de hacerse esta pregunta y llorar podremos entender", ha afirmado el Papa, que ha criticado la existencia de una "compasión mundana" por la que "como mucho nos metemos la mano en el bolsillo y damos una moneda". "Si Cristo hubiese tenido este tipo de compasión habría pasado, habría curado a tres o cuatro personas y habría regresado con el Padre", ha explicado ante los casi 30.000 jóvenes que se han concentrado en el campus de la universidad de Santo Tomas de Manila. La reunión en la universidad y la misa han servido para cerrar la visita de seis días que el Papa ha realizado por Asia y que comenzó el martes pasado en Sri Lanka.