La recesión y el fantasma de la inflación fortalecen al político conservador.
| octubre 7, 2014
Y si la economía impulsa su candidatura y es una de las bazas que Neves va a emplear en su decisiva batalla con Rousseff, la economía cree en él. La bolsa brasileña creció ocho puntos este lunes por la mañana, en cuanto los mercados se despertaron con la noticia de que el candidato del PSDB disputará el próximo 26 de octubre la presidencia.
El propio Neves, de 54 años, economista de formación aunque político desde los veintiún años, les ha enviado gestos que ellos agradecen. Como, por ejemplo, adelantarles cuál será ya su ministro de Economía, Arminio Fraga el expresidente del Banco Central durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Este, que gobernó Brasil desde 1995 a 2002 está considerado por sus defensores como el mandatario que consiguió estabilizar la moneda brasileña y sentó las bases económicas de las que luego, con instinto y sabiduría, supo aprovecharse Lula, del PT, en los ocho años posteriores. Neves siempre se ha presentado seguidor de las medidas de Henrique Cardoso y el mismo expresidente ha figurado entre los principales aliados del candidato durante la campaña.
Neves, procede de una estirpe de políticos afamados en Brasil (su abuelo fue Tancredo Neves, que fue elegido presidente en 1985 pero que nunca llegó a ocupar el cargo porque murió antes). Él mismo participó en varias campañas junto a su abuelo y ha sido diputado federal de Minais Gerais, Estado donde nació y donde, en 2003, se erigió como Gobernador. Lo fue hasta 2010. Llegó prometiendo austeridad y contención fiscal. Según algunos, lo cumplió. Otros opinan que no. Pero el hecho es que cuando dejó el cargo atesoraba un 80% de aprobación popular.
Para tratar de hacerse con los votos de los seguidores de Marina Silva, decisivos ya desde hoy, además de con la economía, Neves fustigará a Rousseff y al PT con las constantes asuntos de corrupción que cercan al partido del poder. En especial las que minan la mayor empresa del país, la petrolera pública Petrobras, sobre la que penden acusaciones de sobornos políticos y enriquecimientos ilegales y astronómicos de algunos de sus dirigentes. Con todo, el propio Neves no queda exento de acusaciones de este tipo: en la campaña electoral la prensa brasileña publicó que durante su gestión en Minas Gerais había impulsado la construcción de un aeropuerto en tierras de un familiar.
Para guardarse las espaldas, ha asegurado que mantendrá los principales programas sociales impulsados por Rousseff, relativos a la ayuda a familias pobres y el que subvenciona la compra de viviendas para personas con pocos recursos. Con todo, aún no ha presentado en detalle su programa electoral. Cuando lo haga, se verá cómo y con qué piensa hacerlo todo.