Algunas partes del programa fue mutiladas por presiones. La decisión provocó la renuncia de la periodista que condujo la conversación. El canal cambió recientemente de dueños.

| mayo 2, 2014
La respuesta nunca se conoció. La estación decidió suprimir el último bloque de declaraciones y colocar la emisión estelar de su noticiero. Para la conductora, que estaba en su casa viendo el programa que ella misma había ensamblado junto a su equipo por la trascendencia del personaje, esa salida antitelevisiva era una evidente muestra de censura y pidió explicaciones. Le respondieron en principio que los problemas técnicos lo habían impedido aunque luego, con el paso de los días, ese argumento terminaría por ceder frente a su primera intuición.
Ayer (por el martes) no transmitieron la entrevista completa que le hice a Mario Vargas Llosa. No haré silencio en mi espacio, hasta hoy trabajé en Globovisión”
Shirley Varnagy en Twitter
La explicación coronaba una serie de tropiezos evidentes para la audiencia en la media hora que debía durar la entrevista. Durante los cortes comerciales se transmitieron dos largos avances informativos –uno sobre el aumento del salario mínimo anunciado poco antes en transmisión obligatoria de radio y televisión por el presidente Nicolás Maduro, y otro con las declaraciones del ministro de Interior y Justicia a propósito del asesinato del exjefe de la inteligencia chavista Eliézer Otaiza- que le quitaron minutos a la entrevista con Vargas Llosa. Aunque no es extraño que eso suceda en un informativo de televisión, no eran informaciones de última hora. Después de las nueve de la noche, además, el telediario estelar repetiría esas noticias.
Vargas Llosa concedió la entrevista al final de la tarde del jueves 24 de abril, pero Globovisión hizo todo lo posible para retrasar su emisión. El sábado Shirley Varnagy recibió una llamada de la gerencia de producción de la planta para que no pautara la entrevista para el lunes. Ella se negó. La petición, razonó entonces, iba en contra de la pertinencia y el sentido de la oportunidad que caracterizan a este oficio. Después la directiva pidió ver el material antes de difundirlo. La conductora aceptó pero puso una condición: “Las opiniones de él no son editables en mi espacio”.
Shirley Varnagy repasa toda esta historia durante la mañana silenciosa del 1 de mayo. La noche anterior, y con no poca tristeza, había decidido entregar su renuncia a la directiva y después lo oficializó en su cuenta de Twitter. “Ayer (por el martes) no transmitieron la entrevista completa que le hice a Mario Vargas Llosa. No haré silencio en mi espacio, hasta hoy trabajé en Globovisión”.
Después de ver el contenido, la directiva aceptó transmitirlo el lunes. Se hicieron promociones muy vistosas que, en principio, despejaban las dudas sobre cualquier reserva. A Vargas Llosa se lo veía firmando las páginas interiores de alguna novela, luego había un primer plano de su dedicatoria. En privado, sin embargo, se temía por el impacto que esas declaraciones generaran entre el gobierno, informaron dos fuentes cercanas a la junta directiva. “Este es un momento muy duro para el periodismo venezolano. Los dueños están sometidos a muchas presiones, pero yo no puedo acompañarlas”, afirma. Hay un hecho que quizá lo confirme: la planta pidió a la conductora que pautara a un intelectual chavista, Luis Britto García, para entrevistarlo al día siguiente, quizás con la idea de equilibrar la balanza.
Una intervención de Maduro televisada obligatoriamente a todo el país impidió que ese lunes se emitiera el material, aunque llamó la atención que faltando unos quince minutos para las nueve de la noche, justo en el horario que correspondía a Varnagy, decidieran adelantar la transmisión del telediario. Fue el primer aviso. Con ese fardo a cuestas lo ocurrido el martes terminó por quebrar la paciencia de la entrevistadora.
Durante todo el miércoles, la periodista exigió a la directiva la reposición del programa en una fecha concreta para poder anunciarlo. Nunca hubo una respuesta. Le dijeron que tal vez lo emitirían el domingo, pero que no estaban seguros de hacerlo. Sin certezas y preocupada por su credibilidad decidió ponerle fin a la relación laboral. En su cuenta de Twitter colgó el enlace a las declaraciones del Nobel. Globovisión también respondió subiendo a la web el video de la entrevista en lo que pareció una estrategia para acallar las críticas. Una y otra versión muestran lo que quizá se quería ocultar: que Hugo Chávez vivió la utopía socialista cuando ésta comenzaba a desmoronarse y la reanimó gracias a su carisma. “Los propios venezolanos se han dado cuenta de que esa utopía tarde o temprano va a fracasar en el país y que eso ha creado unas tensiones muy fuertes que ha heredado el presidente Maduro”, decía Vargas Llosa en la entrevista que ha desatado la polémica.