Combatientes suníes y chiíes de Irak también han cruzado la frontera hacia Siria para luchar en bandos opuestos en el conflicto, complicando la posición oficial de neutralidad del Gobierno

| septiembre 8, 2013
Después de más de dos años de guerra civil, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está intentando conseguir apoyos para lanzar una acción militar limitada contra Siria en respuesta a un ataque con armas químicas del que Washington acusa al Gobierno de Bashar el Asad.
El Gobierno iraquí liderado por chiíes ha tratado de mantener una postura neutral hacia el conflicto y ha alertado contra cualquier intervención militar occidental en Siria, temiendo que pueda desestabilizar más a Irak
"Estamos preocupados por el belicismo en esta región", dijo Zarif en una conferencia de prensa en su primer viaje oficial desde que asumó su cargo.
"Aquellos que son cortos de miras y tocan tambores de guerra están encendiendo un fuego que quemará a todo el mundo", dijo.
Zarif fue recibido por su homólogo iraquí, Hoshyar Zebari, y se esperaba que se reuniera con el primer ministro Nuri al Maliki unas horas más tarde.
El conflicto sirio ha hecho aumentar la línea divisoria entre las dos principales ramas del Islam, enfrentando a rebeldes suníes, a sus patrocinadores árabes del Golfo y a algunas potencias occidentales contra Asad, cuya confesión alauí deriva del chiísmo.
El equilibrio confesional dentro de Irak ha sufrido una creciente tensión por los acontecimientos en Siria, cuyo conflicto ha dado un nuevo impulso a los insurgentes suníes islamistas en Irak, que han atacado con una ferocidad no vista en años.
Los combatientes suníes y chiíes de Irak también han cruzado la frontera hacia Siria para luchar en bandos opuestos en el conflicto, complicando la posición oficial de neutralidad del Gobierno.
"Las interferencias (en Siria) afectarán a los países vecinos quizás directamente, entre ellos Irak, que se verá afectado en términos de seguridad y asuntos humanitarios", dijo Zebari en la conferencia de prensa.
La semana pasada, el Wall Street Journal informó de que Estados Unidos había interceptado una directriz de un alto cargo iraní dando instrucciones a combatientes chiíes en Irak para atacar intereses estadounidenses en Bagdad si se produce la intervención.
Alireza Miryusefi, el portavoz de la misión iraní en la ONU, negó el sábado las acusaciones diciendo que eran "infundadas".
"Uno debería recordar que la confianza en ese tipo de informes de inteligencia de responsables estadounidenses anónimos llevará a otro desastre similar a la tragedia iraquí", dijo Miryusefi, citado por el canal iraní Press TV.
(Reuters)