Fuentes del Pentágono han informado de que para este lunes, estarán en Haití hasta 10.000 soldados para ayudar a la organización, rescate y reconstrucción de Puerto Príncipe.
| enero 15, 2010
Poco después, fuentes del Pentágono han informado de que para este lunes, estarán en Haití hasta 10.000 soldados para ayudar a la organización, rescate y reconstrucción de Puerto Príncipe. El secretario de Defensa, Robert Gates, que compareció en rueda de prensa, ha negado que la presencia militar de EE UU en Haití sea vista como una fuerza ocupante por parte del país caribeño, sino como un "alivio".
La Organización Panamericana de la Salud se ha atrevido a adelantar una cifra de muertos: entre 50.000 y 100.000, mientras la ira y la desesperación están comenzando a hacer estragos en las calles de la capital haitiana por la lentitud en la entrega de ayuda a los más afectados. Algunos heridos esperan atención médica, otros claman por comida y agua.
Un primer reconocimiento aéreo realizado por Naciones Unidas (ONU) en Haití ha revelado que hay áreas "con un 50% de destrucción o graves daños", según ha señalado la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU. En ese panorama, hay unas 300.000 personas que han perdido sus viviendas en Puerto Príncipe, la capital haitiana, donde el 10% de las viviendas han sido destruidas por el seísmo. Los centros urbanos de Jacmel y Carrefour han resultado muy afectados. Un total de 3,5 millones personas vivían en las áreas devastadas.
Desesperación
La desesperación se ha adueñado de Puerto Príncipe. Tras dos largas y extenuantes jornadas de búsqueda de supervivientes, recogida de cadáveres y gritos y lamentos de los damnificados por el brutal terremoto que dio paso al polvo, el hedor y los escombros en la capital de Haití, grupos de haitianos están levantando barricadas en las calles y apilando cadáveres.
Una escena terrorífica que se repite en varios puntos de la ciudad y de la que ha sido testigo Shaul Schawrz, un fotógrafo de la revista estadounidense TIME, que ha asegurado en declaraciones a la agencia Reuters que su cámara pudo inmortalizar al menos dos barricadas formadas por restos humanos y piedras. Los que las han levantado lo han hecho para protestar por el retraso en la llegada de la ayuda internacional, que aunque ya ha empezado a desplegarse lo sigue haciendo a un ritmo insuficiente para las necesidades de una población miserable al borde del colapso.
Saqueos
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha informado que al menos uno de sus almacenes ha sido saqueado en Puerto Príncipe. Se trata del almacén más importante del PMA en la capital haitiana, según ha comunicado la portavoz Emilia Casella, quien ha añadido que "en una situación de emergencia y tan desesperada como ésta, los saqueos no resultan inusuales".
"Están empezando a cortar carreteras con cadáveres, la cosa se está poniendo fea aquí afuera, la gente está enfadada por no recibir ayuda", ha dicho el cámara estadounidense. "Las próximas 24 horas serán críticas", ha dicho Paul Cormier, un estadounidense de 54 años especialista en emergencias que regenta un orfanato en Haití que ya ha acogido a 300 personas desde el martes.
La ayuda todavía no ha llegado a la mayoría de residentes en Puerto Príncipe, que vagan por las calles malolientes, buscando desesperadamente agua, comida y ayuda médica. Trabajadores sociales han advertido de que el número de muertos podría aumentar dramáticamente si decenas de miles de heridos, algunos de ellos con fracturas abiertas y graves heridas, no obtienen primeros auxilios en los próximos días. El PMA cree que unos dos millones de personas necesitan ayuda de manera urgente.
Desaparecidos
La Cruz Roja de Haití calcula que han muerto a consecuencia del temblor entre 45.000 y 50.000 personas y tres millones más -un tercio de la población de Haití- están heridas o se han quedado sin casa. "Hemos enterrado ya 7.000 cuerpos en una fosa común", ha anunciado el presidente Rene Préval.
La labor de desescombro avanza de manera muy lenta para todos. Naciones Unidas intenta digerir todavía la peor tragedia de su historia. La organización sigue sin localizar a decenas de empleados. También el ministerio de Exteriores español mantiene su búsqueda de cuatro o cinco españoles desaparecidos, entre ellos una policía y una diplomática, aunque ya se ha confirmado la muerte de un matrimonio.
Ante esta catástrofe, los líderes mundiales han planeado convocar una conferencia internacional. El presidente estadounidense, Barack Obama, y sus homólogos francés y brasileño, Nicolas Sarkozy y Luiz Inácio Lula da Silva respectivamente, han mostrado su predisposición. Esta solidaridad mundial ha permitido que Cuba haya autorizado a EE UU a usar su espacio aéreo para vuelos de evacuación en Haití.
La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, ha asegurado que Francia va a pedir que se condone la deuda que Haití tiene contraída con el Club de París, que reagrupa a los principales países acreedores del mundo. La deuda asciende a 54 millones de euros (unos 78 millones de dólares). Lagarde ha señalado que Francia ya ha anulado de forma unilateral cuatro millones de euros.
En tanto, el portaaviones USS Carl Vinson también está previsto que llegue hoy a Haití con 19 helicópteros y ayuda alimentaria, mientras que el buque hospital USNS Comfort se está preparando para zarpar mañana sábado desde Baltimore y se espera que llegue al país caribeño el próximo jueves. Una vez allí, su tripulación podrá prestar atención médica a hasta 1.000 pacientes en doce quirófanos, según el Pentágono.
La Unión Europea (UE) ha convocado una reunión para el lunes con los países miembros para coordinar el apoyo humanitario.
Entretanto, aviones cargados de víveres y de equipos para la búsqueda de sepultados siguen llegando al diezmado y colapsado aeropuerto de Puerto Príncipe, cuyas autoridades no dan abasto para ordenar todo el tráfico aéreo. Esta madrugada (hora española), las saturadas pistas del aeródromo de la ciudad no eran capaces de dar cabida a todos los vuelos con ayuda humanitaria que pretendían arribar en el país.
Tanto es así que, a petición de las autoridades haitianas, la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés), se vio forzada a suspender por período de más de una hora sus vuelos.
Aristide, dispuesto a regresar
El ex presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, ha dicho que está dispuesto a regresar desde su actual exilio en Sudáfrica para ayudar a las víctimas del terremoto y "compartir el sufrimiento del pueblo de Haití". "Por lo que a mí respecta, estoy dispuesto a partir hoy, mañana, cuando sea, para unirme al pueblo de Haití, para compartir su sufrimiento, para reconstruir el país, para sacarlo de la pobreza con dignidad", ha declarado a la prensa, con lágrimas en los ojos.
Después de décadas de dictadura, el ex sacerdote católico Jean Bertrand Aristide se convirtió en 1990 en el primer presidente electo del país, pero fue derrocado meses más tarde por el Ejército. Recuperó la Presidencia en 2000, pero fue nuevamente derrocado por la fuerza y expulsado del país cuatro años más tarde.