Las primeras hipótesis señalan que el hombre buscaba extorsionar a los padres de la adolescente que son una de las familias más ricas de la ciudad.

| agosto 4, 2011
Madeleine Pulver vivió las 10 horas más angustiosas de su vida cuando un hombre encapuchado entró a su casa y le instaló un dispositivo alrededor del cuello que parecía ser una bomba.
Las autoridades no escatimaron en equipos especializados y expertos para retirarle el artefacto a la muchacha, que en este momento esta siendo asesorada por psicólogos del gobierno.
Las primeras hipótesis señalan que el hombre buscaba extorsionar a los padres de la adolescente que son una de las familias más ricas de la ciudad.
El segundo jefe de la Policía de Nueva Gales del Sur, Marck Murdoch, confirmó en una rueda de prensa que se trataba de un "engaño", que resultó muy bien hecho.