Esta herramienta tiene como propósito principal asistir al fiscal en la elaboración de los hechos jurídicamente relevantes y en la evaluación de las pruebas pertinentes, que lo conduzcan a tomar decisiones más fundamentadas respecto a la imputación de cargos.
Con el fin de reforzar la eficiencia y efectividad en las investigaciones penales en delitos de estafa, fiscales de la Procuraduría General de la Nación recibieron la capacitación en “Inteligencia Artificial y su Utilidad en la Persecución Penal”, como parte del proyecto “Fiscal Inteligente”. Se trata de una iniciativa, trabajada desde agosto de 2022, que surge producto de un acuerdo entre la Procuraduría General de Nación y la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América en Panamá.
Esta herramienta tiene como propósito principal asistir al fiscal en la elaboración de los hechos jurídicamente relevantes y en la evaluación de las pruebas pertinentes, que lo conduzcan a tomar decisiones más fundamentadas respecto a la imputación de cargos.
Este acto contó con la participación del Magistrado Carlos Alberto Vásquez Reyes, presidente encargado de la Corte Suprema de Justicia.
El Procurador General de la Nación, Javier Enrique Caraballo Salazar, dio la apertura a esta inducción y señaló que, “con el desarrollo de este software de inteligencia artificial denominado Fiscal Inteligente, los fiscales podrán determinar, con mayor precisión, los hechos relevantes en el ámbito jurídico penal y valorar el peso probatorio o los elementos de convicción en los delitos de estafa, facilitando las decisiones más fundamentales en la formulación de imputación y las solicitudes de medida cautelares”.
“De igual manera, fortalece la fase de acusación, buscando que estos delitos (estafa) terminen en condena como parte de este proyecto”. También se realizaron capacitaciones, tanto presenciales como virtuales. Estas lecciones de formación se centran en fortalecer el manejo del software, así como en mejorar el enfoque en la teoría, necesarios para calcular el valor de los elementos de prueba en cuanto a su pertinencia, relevancia y credibilidad.
