La policía dijo que no tuvo informes de saqueos en ninguna de las ciudades afectadas por el movimiento telúrico
| abril 2, 2014
Las regiones de Arica-Parinacota y Tarapacá fueron declaradas zona de catástrofe lo que puso a dos generales a cargo del orden público, tras la fuga de más de 300 presas que escaparon poco después del terremoto de las 20.46 horas del martes, cuyo epicentro estuvo en el mar, frente a las costas de Iquique, 1.800 kilómetros al sur de Santiago.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, anunció por la madrugada que desde Santiago viajaron al norte un centenar de efectivos policiales antimotines que serán ayudados por un contingente militar para controlar la seguridad y el orden, mientras cerca de 100.000 iquiqueños permanecían al aire libre.
La policía dijo que no tuvo informes de saqueos en ninguna de las ciudades afectadas por el movimiento telúrico. Los vuelos comerciales al extremo norte siguen suspendidos y en el aeropuerto de Santiago 4.500 pasajeros esperan poder volar al norte.
El terremoto provocó deslizamientos de tierra que bloquearon carreteras, además de la interrupción del servicio eléctrico y varios incendios en algunos comercios de Iquique y de Arica, 300 kilómetros más al norte de la zona del epicentro del terremoto.
En Arica, otra de las poblaciones cercanas al epicentro del terremoto, ocurrido a 99 kilómetros (61 millas) al noroeste de Iquique, los hospitales atendieron a pacientes que requirieron cuidados menores y algunas casas de adobe fueron destruidas.
El gobierno de Bachelet mantuvo la alerta de tsunami para la costa norte de Chile mucho después de que ésta había sido levantada en otras partes. La decisión fue apoyada por el Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico, con sede en Hawai.