En Bolivia se movilizaron las organizaciones sociales, se montó una vigilia ante la embajada de Francia y se iniciaron gestiones para facilitar el regreso del mandatario
| julio 6, 2013
La Paz : La negativa de cuatro naciones europeas a permitir el sobrevuelo de sus territorios al avión del presidente Evo Morales, las acciones posteriores y la campaña internacional de respaldo, marcaron una semana intensa en Bolivia.
Morales regresaba de Rusia, el martes anterior, donde participó en el Foro de los Países Exportadores de Gas, pero los gobiernos de Francia, España, Portugal e Italia le impidieron sobrevolar sus respectivos territorios y realizar operaciones, motivos por el cual tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Viena, Austria.
En la capital austriaca permaneció Morales durante 15 horas, mientras una enorme campaña internacional obligó a los gobiernos de los respectivos países a extender el permiso de vuelo.
En Bolivia se movilizaron las organizaciones sociales, se montó una vigilia ante la embajada de Francia y se iniciaron gestiones diplomáticas para facilitar el regreso del mandatario.
La campaña de respaldo alcanzó a todo el continente y muchos jefes de Estados se solidarizaron con Morales, entre ellos los de la Organización de Naciones Suramericanas (Unasur), cinco de los cuales promovieron una cumbre en la central ciudad de Cochabamba para desagraviar al mandatario boliviano.
Tres de los presidentes visitantes, el ecuatoriano Rafael Correa, el venezolano Nicolás Maduro y la argentina Cristina Fernández, participaron en un acto de masas en el Coliseo de La Coronilla, en respaldo a Morales.
Los tres, junto al uruguayo José Mujica y el surinamés Desiré Bouterse aprobaron la llamada Declaración de Cochabamba, la cual respalda a Morales y exige explicaciones a los referidos gobiernos de Europa.
El texto denuncia ante la comunidad internacional y los diferentes organismos internacionales y multilaterales "la flagrante violación de los Tratados Internacionales que rigen la convivencia pacífica, solidaridad y cooperación entre nuestros Estados".
También condena "el atropello y las prácticas neocoloniales que aún subsisten en nuestro planeta en pleno siglo XXI" y resalta "la falta de transparencia sobre las motivaciones de las decisiones políticas que impidieron el tránsito aéreo de la nave presidencial boliviana y su presidente".
Al mismo tiempo, denuncia "el agravio sufrido por el presidente Evo Morales, que ofende no solamente al pueblo boliviano, sino a todas nuestras naciones" y agrega que "las prácticas ilegales de espionaje que ponen en riesgo los derechos ciudadanos y la convivencia amistosa entre las naciones".
Por otra parte, el documento declara "que la inaceptable restricción a la libertad del presidente Evo Morales, convirtiéndolo virtualmente en un rehén, constituye una violación de derechos no solo al pueblo boliviano, sino a todos los países y pueblos de Latinoamérica y sienta un peligroso precedente…".
